El debutante completó un decoroso estreno en Cornellá, donde el Zaragoza demostró que le hará falta mucho más que el luso y Suazo para sobrevivir en Primera División.
No hizo gran cosa porque acaba de aterrizar en Zaragoza después del chasco con el que ha cerrado su reciente etapa romana, y porque apenas estuvo 20 minutos sobre el terreno de juego, pero se puede entender que Eliseu es la primera luz que se atisba en el descomunal abismo en el que sigue residiendo el equipo aragonés. Antes de Gay y después de Marcelino, el Zaragoza es un equipo simplón, absurdo, malo, que sigue escondiendo sus vergüenzas ofensivas en las jugadas a balón parado, incapaz de desequilibrar un partido con el balón en los pies. Ahora se quiere creer que se sitúa algo mejor sobre el campo, pero no le basta ni de lejos porque tampoco sabe jugar sin pelota. Además de ser bobo, tardo e ingenuo, comete errores de parvulario que le condenan incluso cuando le regalan goles al otro lado.
Es así porque un altísimo porcentaje de sus jugadores --los que están en el campo, en el banquillo y en la grada, hasta los que lo ven desde hace días en el sofá de su casa-- no tienen calidad suficiente para defender el escudo que les paga --o debe-- en Primera División. Ayer salió el portugués, hizo tres cosas y pareció que... No pareció nada, para decir verdad, pero en la primera chutó desde fuera del área, en la segunda se marchó hacia dentro, amagó y le dio un gran pase a Jorge López y en la tercera se marchó de dos. En fin, se ve que es de largo más futbolista que la gran mayoría de sus nuevos amigos. Para el balón, lo mece, lo mima, gambetea con la izquierda y levanta la cabeza. Sin ser Messi, desde luego, es otra cosa. Es calidad, necesidad.
Con eso no basta, claro. Del partido de ayer apenas se puede rescatar a un par de jugadores. Ander y... Bueno, que no basta. Ya sabemos que hoy llega Suazo, que hace tanta falta. Por la botas del chileno, por su rápida adaptación al fútbol español y por la capacidad que tenga para mantener su relación directa con el gol pasará gran parte de la salvación. Es un matador, un asesino del área que tiene gol y puede aportar otras muchas cosas en ataque. El zaragocismo se conforma con lo primero, claro.
Pero ahí no se puede detener la maquinaria de los fichajes. Hacen falta otros tres jugadores de pedigrí, o cuatro o cinco. Para empezar, Suazo necesita compañía de calidad --se llame Colunga o Perico-- para compensar y completar un ataque al que le faltaba al menos una pieza ya desde el principio, cuando estaban Ewerthon y Uche. Ahora hay muchos más argumentos para explicar la indigencia en la que vive el equipo de Gay, que mira al banquillo y no encuentra. Ni cambios ni recambios.
En defensa habrá que esperar que la recuperación de Obradovic, que va camino de convertirse en milagro, dé otro aire a la parcela izquierda de la zaga, donde Paredes se defiende a duras penas en su área pero se atolondra irremediablemente en ataque, donde ahora incluso exige galones. Cómo estará el Zaragoza que ayer el madrileño hasta tiró una falta. Mal, claro.
Y después, en el centro, bien estará si viene un jugador que no sea una madre. Si fueran dos no pasaría nada. El Zaragoza, algunos no lo recuerdan, está a unos 30 puntos de certificar su salvación en Primera. O sea, sin contar con lo que pase este domingo y al otro, precisa hacer una segunda vuelta de UEFA. Así que le urge también un centrocampista que distinga los ritmos del juego en ataque y un volante defensivo común: con que destruya a tiempo y se las dé a los suyos, conformados. En fin, por pedir que no quede.
http://www.diarioequipo.com/noticias/noticia.asp?pkid=33185
No hizo gran cosa porque acaba de aterrizar en Zaragoza después del chasco con el que ha cerrado su reciente etapa romana, y porque apenas estuvo 20 minutos sobre el terreno de juego, pero se puede entender que Eliseu es la primera luz que se atisba en el descomunal abismo en el que sigue residiendo el equipo aragonés. Antes de Gay y después de Marcelino, el Zaragoza es un equipo simplón, absurdo, malo, que sigue escondiendo sus vergüenzas ofensivas en las jugadas a balón parado, incapaz de desequilibrar un partido con el balón en los pies. Ahora se quiere creer que se sitúa algo mejor sobre el campo, pero no le basta ni de lejos porque tampoco sabe jugar sin pelota. Además de ser bobo, tardo e ingenuo, comete errores de parvulario que le condenan incluso cuando le regalan goles al otro lado.
Es así porque un altísimo porcentaje de sus jugadores --los que están en el campo, en el banquillo y en la grada, hasta los que lo ven desde hace días en el sofá de su casa-- no tienen calidad suficiente para defender el escudo que les paga --o debe-- en Primera División. Ayer salió el portugués, hizo tres cosas y pareció que... No pareció nada, para decir verdad, pero en la primera chutó desde fuera del área, en la segunda se marchó hacia dentro, amagó y le dio un gran pase a Jorge López y en la tercera se marchó de dos. En fin, se ve que es de largo más futbolista que la gran mayoría de sus nuevos amigos. Para el balón, lo mece, lo mima, gambetea con la izquierda y levanta la cabeza. Sin ser Messi, desde luego, es otra cosa. Es calidad, necesidad.
Con eso no basta, claro. Del partido de ayer apenas se puede rescatar a un par de jugadores. Ander y... Bueno, que no basta. Ya sabemos que hoy llega Suazo, que hace tanta falta. Por la botas del chileno, por su rápida adaptación al fútbol español y por la capacidad que tenga para mantener su relación directa con el gol pasará gran parte de la salvación. Es un matador, un asesino del área que tiene gol y puede aportar otras muchas cosas en ataque. El zaragocismo se conforma con lo primero, claro.
Pero ahí no se puede detener la maquinaria de los fichajes. Hacen falta otros tres jugadores de pedigrí, o cuatro o cinco. Para empezar, Suazo necesita compañía de calidad --se llame Colunga o Perico-- para compensar y completar un ataque al que le faltaba al menos una pieza ya desde el principio, cuando estaban Ewerthon y Uche. Ahora hay muchos más argumentos para explicar la indigencia en la que vive el equipo de Gay, que mira al banquillo y no encuentra. Ni cambios ni recambios.
En defensa habrá que esperar que la recuperación de Obradovic, que va camino de convertirse en milagro, dé otro aire a la parcela izquierda de la zaga, donde Paredes se defiende a duras penas en su área pero se atolondra irremediablemente en ataque, donde ahora incluso exige galones. Cómo estará el Zaragoza que ayer el madrileño hasta tiró una falta. Mal, claro.
Y después, en el centro, bien estará si viene un jugador que no sea una madre. Si fueran dos no pasaría nada. El Zaragoza, algunos no lo recuerdan, está a unos 30 puntos de certificar su salvación en Primera. O sea, sin contar con lo que pase este domingo y al otro, precisa hacer una segunda vuelta de UEFA. Así que le urge también un centrocampista que distinga los ritmos del juego en ataque y un volante defensivo común: con que destruya a tiempo y se las dé a los suyos, conformados. En fin, por pedir que no quede.
http://www.diarioequipo.com/noticias/noticia.asp?pkid=33185