Juan Jiménez | 06/01/2010
De acuerdo que el Málaga sigue en descenso y que va a tener que sudar tinta china para salvarse, pero eso ya lo sabíamos hace tiempo. Pero en el Málaga se puede confiar. Lo vimos en El Molinón y lo llevamos viendo siete semanas seguidas, Muñiz es un seguro. El equipo no pierde y ha demostrado una moral de hierro porque el asunto no pintaba nada bien. Ya se ha rehecho. Las cosas se hacen con cabeza en esas oficinas porque así las ha hecho Fernando Sanz desde que era jugador. Su compromiso es admirable. Lo vemos otra vez estos días, cuando ya algunas voces dudaban de que extendiese el presupuesto para fichar. De momento, ya le ha traído a Muñiz a Miku, buen futbolista, y ha dejado en manos de su gente los casos de Caicedo y Eliseu.
Lo de Sanz tiene mucho mérito, echen un vistazo. Le ha lavado la cara en tres años al club y además es agradecido. Hace unas semanas, con motivo de la Junta de Accionistas, nombró consejero a Pepe Hernández, que cuando el Málaga se moría puso el nombre de su empresa, Tesesa, en la camiseta del club. Y esas cosas no se olvidan. Sanz ha modernizado las estructuras del Málaga, la cantera es una mina. Ha inaugurado el Museo, precioso, y se empeñó en poner en marcha el proyecto de la Fundación. De todas esas cosas se escuchó hablar algo alguna vez en la ciudad y nadie las puso en pie. Sanz, sí. Y si le ayudan, inaugurará un día una Ciudad Deportiva que merece el club. Con similar currículo ejemplar a cuestas, ¿alguien pensó que Sanz no iba a fichar?