Otro partido que hay que ganar si se quiere mantener vivo el sueño de la Copa.

La Navidad se adelantó ayer para Rafa Freire. El prometedor base hispanobrasileño debutó por fin con la camiseta del Unicaja cerrando así un larguísimo y complicado proceso burocrático que le había impedido jugar hasta ahora con el primer equipo. Pudo hacerlo en Santiago frente al Xacobeo, pero de sobra es conocido el desenlace de aquel partido de infausto recuerdo para el Unicaja. El desarrollo del mismo impidió su estreno. Ayer fue otra historia. «Me he sentido pequeño», reconoció con humildad.
Esta vez Aíto no esperó para darle la alternativa al base, que curiosamente jugó sus primeros minutos con el Unicaja en la posición de escolta, algo que también hace en el Clínicas Rincón a las órdenes de Paco Aurioles. Su salida a la cancha fue recibida con un murmullo en la grada, lo que evidenciaba la expectación del público por ver en acción al jugador del que tanto se ha hablado en los últimos meses. «Al principio no sabía ni qué hacer viendo a toda la afición. Me sentí pequeño, pero luego me fui soltando y pude defender y correr, que es lo que me gusta. Siempre es mejor debutar ante tu público», afirmó.
Los lógicos nervios del estreno casi no se le notaron. Aunque protagonizó una curiosa escena al dirigirse a sacar de banda nada más entrar en la pista cuando se puso a hablar con uno los colegiados. «¿Cómo estás, Rafa?, le preguntó Emilio Pérez Pizarro. «Muy nervioso», reconoció Freire.
En poco más de cinco minutos le dio tiempo a anotar un triple, capturar tres rebotes y recibir una falta. Aíto lo emparejó en defensa con Avdalovic, al que Óscar Quintana tuvo que sentar frenado por el ímpetu de Freire. Fueron precisamente esos nervios o quizá la tensión acumulada lo que lo llevaron a pedir el cambio transcurridos cinco minutos, un detalle que Aíto valora de manera especial. «Todavía me falta físico porque he jugado pocos partidos y me sentí cansado, por eso pedí el cambio», explicó Freire, que tras el descanso salió en el quinteto titular y, lo que resultó más sorprendente, desempeñando el papel de Berni Rodríguez o Taquan Dean en funciones de ataque, aunque eso sí no le llegó ningún balón claro. Prometedor debut para un joven que con 17 años, dos meses y 24 días se ha convertido en el quinto, concretamente por detrás Pedro Marín, Fernando Vidal, Alfonso Sánchez y Ermolinski.
Lo mejor de su estreno llegó en su regreso a la pista. Un triple, varios robos y una canasta a aro pasado provocaron que el público le brindase una sonora ovación cuando Aíto lo sentó una vez que el jugador volvió a pedir el cambio. El debut soñado después de numerosos problemas burocráticos para la obtención de su 'transfer'. «La verdad es que fue complicado y llegué a ponerme nervioso, pero decidí que lo mejor era centrarme en entrenarme, trabajar y esperar a que me dijeran que había llegado el día de jugar», explicó.
Freire, que desprende mucha seguridad a pesar de sus 17 años, estuvo elocuente cuando se le preguntó si se ve jugando la Copa con el Unicaja. «Si hay que jugarla, se juega», dijo para reaccionar de forma rápida: «¡Claro que la jugaremos!». Con el tiempo también mejorará ante la prensa. Es joven y eso es un tesoro.

RAFAEL MOLINA GUERRA. MÁLAGA Como lo que veía ayer sobre el parqué me aburría, mucho más al principio que al final, dediqué un buen rato a observar a los aficionados que desfilaban escaleras arriba hacia el primer anillo del Carpena. Me detuve en sus rostros. Y lo que vi se resume en pocas palabras: no decían nada. Absolutamente nada. Al descanso era lógico. Pero al final, a pesar de haber ganado por 19, también. Bien podrían venir del dentista, de ajustar cuentas con Hacienda –declaración a pagar– o de un largo y tedioso día en la oficina aguantando al compañero coñazo de turno.
Hace tiempo que dejé de ver rostros de felicidad, caras de alegría que denotaran haber vivido emociones fuertes, de haber pasado un buen rato, de haber disfrutado con su equipo, con el baloncesto. Un deporte que hasta hace bien poco nos daba satisfacciones, con un equipo que hasta hace nada brillaba y hacía vibrar. Uno sale ya del partido sin motivación, desanimado. Da igual que sea el Partizán o el Meridiano Alicante. Esperando algo que casi nunca llega. Del parqué surgen pocos gestos de cariño, ninguna carantoña. Sólo tosquedades y aburrimiento. Ni ganando por 19. Y cuando los jugadores se despidieron desde el centro de la pista, la hinchada aplaudió casi por instinto. Ésa es su naturaleza.
Mejor no les reproduzco lo que se pudo oír. Podría herir la sensibilidad de alguno. O de muchos. Hay, eso sí, división de opiniones. Uno se acuerda de tal jugador y otro de tal o cual directivo. De los ´padres´ de este equipo fabricado con los pies y sin ´cabezas´.
Acudir al Carpena se ha convertido ya en un ejercicio de voluntad, en un acto de fe. Uno le dice a la parienta que hay partido del Unicaja y se arma el follón en casa. "No, mi vida, que la noche del Partizán el niño se despertó por la noche con pesadillas". "Pues entonces, cari, voy yo solo, que desde Ciudad Jardín no me pierdo uno". "Pues haz lo que quieras, pero este mes no hay para psicólogos, que tengo la Visa que echa humo comprando regalos para Navidades". Y ´pal´ Carpena.
Los pocos que fueron ayer, por cierto, siguen con la fea manía de pitar. Aunque luego aplaudieron a rabiar a Guille Rubio. Porque yo me pregunto. ¿Qué culpa tiene el pobre Taquan Dean? El hombre es lo que es. Un tirador de rachas que proviene del casi descendido Murcia y que el año anterior pululaba por la Segunda División de la ´Lega´ italiana.
Hill, en la agenda. Por cierto que, el que más y el que menos, se acostó anoche con la mosca detrás de la oreja. El culpable es Kyle Hill, el escolta ´morenito´ del Meridiano. Al chico le dio por ´enchufar´ 9 puntos al descanso y 12 al final.
Toda una temeridad para los sufridores aficionados del Unicaja, porque con Berdi Pérez y Juanma Rodríguez en el palco, éste ya está en la lista de candidatos para venir a Málaga el año que viene. ¡Fijo! Y no a comer ´pescaíto´ y gambas, sino a jugar, con su contrato garantizado y todo. Para colmo, Hill da a pies juntillas con el perfil. El año pasado ya estuvo en la LEB Oro, con el propio Alicante.
La peor entrada de la temporada en el Carpena (7.100 aficionados –cuánta generosidad de las estadísticas oficiales–) presenció otro partido soso, que no dio para más, sólo animado por la espectacularidad del marcador (92-73).
El Unicaja, por ahora, es lo que es. Muy poquita cosa. Quizá con eso no llegue para ir a Bilbao a jugar la Copa. Pero tampoco debe preocupar eso ahora. Lo importante es encontrar un patrón de juego. Algo sólido sobre lo que construir. Lo demás son patrañas.
Momento Rafael Freire. El Alicante dominó un primer cuarto del que lo único positivo fue el debut de Rafael Freire. El brasileño ya español ya sabe lo que es jugar con la camiseta del Unicaja. Un magnífico regalo para estas fechas. Él fue el protagonista único y exclusivo de un partido que sin su contribución se hubiera muerto de aburrimiento. Pero el base de 17 años lo cambió todo gracias a su empuje, a su intensidad y al ritmo que puso en cada acción.
Freire es aire fresco. Un chico que, en su debut, se permite el lujo de jugar como escolta, respaldado por un base con más batallas. Su impresionante físico y su hambre por comerse el mundo hacen de él una codiciada pieza única.
El segundo acto comenzó a ver a un Unicaja algo más despierto. No es que fuera el equipo de Aíto García Reneses la alegría de la huerta, el colega que te llevarías de copas en una noche de fiesta, pero sí que se vio algo más afinado. Fue la antesala del equipo del tercer cuarto, más fiable.
Cook había terminado de desquitarse después de anotar una bandeja en el último segundo del segundo parcial (40-36). Y sobre la bocina. ¡Cuánta emoción! Jiménez se unió al equipo tras la gripe para demostrar que es vital, único. En su camino subió al carro a Jiri Welsch, brillante durante la segunda mitad.
El equipo amagaba con despegar (54-47 ó 60-52), pero no acababa de dar el salto definitivo. Lo hizo con dos triples consecutivos, uno de Jiménez y otro de Williams, que le permitieron irse al acto final con la mayor ventaja del encuentro: 66-55. Once arriba. Todo un lujo para lo que estábamos viendo hasta el momento.
En el despegue, todo sea dicho, también ayudaron los árbitros. Pizarro, Bultó y Muñoz cogieron la escoba y barrieron para casa. De hecho, lo más entretenido del Meridiano fue ver a su técnico, el inagotable Óscar Quintana, gesticulando y gritando en el banquillo. Hasta se ganó una ovación de la afición costasoleña sentada detrás de él tras un tiempo muerto en el último cuarto, con su equipo ya exhausto: 71-57 (min.33).
Al Lucentum se le había acabado ya la gasolina. Urtasun y Stojic dejaron de producir y el único puntal que le quedaba era Hill. Cuando Aíto cayó en la cuenta y puso sobre el americano a Freire se acabó la historia. Berni las había pasado canutas con él. Sigue el ´capi´ más fuera que dentro. Y no son tiempos, precisamente, para pasar de largo. El ´5´ es necesario.
Ola abortada. Los triples siguieron entrando como si tal cosa. Uno de Williams, otro de Larry Lewis... total, que tras una pedazo de penetración a aro pasado de Freire, el Unicaja superó la renta de los 20 puntos. Los Mihitas se empeñaron en hacer la ola. El Carpena es sabio, ha vivido ya mil batallas, y no se permitió ese lujo. Cualquier tiempo pasado fue mejor.
Buscando aún el patrón de juego y visto el acierto exterior verde, el Unicaja vuelve a mirar a la Copa del Rey. Debe ganarlo todo hasta el final de la primera vuelta, permitiéndose sólo un tropiezo. A lo sumo, dos. Ahora llega un ´tour´ lejos de Málaga en el que el Unicaja deberá demostrar de qué pasta está fabricado.

El próximo sábado hay que ganar allí como sea jejejejeje

De lo contrario ya se pueden olvidar de la Copa

con un poco de suerte Printezis volverá en ese partido.

podemos

Podemos clasificarnos pero hay que ganar en Bilbao.

Una victoria vale por cinco puestos. Así están las cosas. De la zona baja, a las puertas de la ansiada octava plaza. La tierra prometida asoma por el horizonte de un Unicaja que disfruta de la mejor clasificación en lo que va de temporada. Noveno, aunque sea una posición engañosa, con trampa. Lo es en la medida en que el penúltimo, el Ayuda en Acción Fuenlabrada, cuenta con el mismo balance que el equipo cajista. O lo que es lo mismo, nueve participantes, media Liga, cubren los once primeros partidos con cuatro victorias y siete derrotas en un caso quizá único en la historia del torneo.
Ante este panorama caben dos lecturas, en función de cómo se quiera ver el vaso. Comencemos por las tesis optimistas. Desde ellas, la jornada resultó redonda para los intereses del conjunto malagueño. Su triunfo amplio frente al Alicante, unido a las derrotas del Lagun Aro, Estudiantes, Fuenlabrada y Granada, lo han colocado a las puertas de la octava plaza. De momento sigue en manos del cuadro donostiarra, pero ya está a tiro de uno.
El Unicaja ha sacado el máximo beneficio posible a su diferencia de puntos. En un panorama con una igualdad tan extrema como la que se vive esta temporada, mantener un saldo positivo de puntos se perfila como un elemento de primera magnitud en esta vuelta inicial. Es el criterio con el que se desharán los empates cara a la Copa. El equipo malagueño ha aprovechado los 21 que tiene a su favor para liderar el pelotón de conjuntos hacinados entre la novena y la decimoséptima plaza.
Diferencias
Esa capacidad para controlar el calibre de las derrotas y tratar de ampliar el margen en las victorias es la gran baza que esgrime el equipo de Aíto. De hecho, sólo los seis primeros clasificados cuentan con una diferencia a favor entre puntos anotados y encajados. El séptimo, el Manresa, y el octavo, el Lagun Aro, arrojan un saldo negativo, aunque cuentan con dos y una victoria más que el Unicaja, respectivamente.
Al poder de los números hay que sumar otro intangible. El valor psicológico de la octava posición está fuera de toda duda. Supone estar en la pelea, saberse en el grupo de los elegidos con derecho a luchar por los títulos. El Unicaja no se ha visto por ahora dentro de ellas, cuando debería ser su hábitat natural. Alcanzarla puede resultar un acicate para su plantilla, con independencia de que las distancias con los perseguidores sean mínimas o incluso nulas.
Por todo ello, pensar en la Copa resulta posible, siempre y cuando el cuadro de Aíto sea capaz de mejorar sus resultados. Las circunstancias han amortiguado su horroroso comienzo de Liga en una temporada en la que el billete para el primer título de la temporada puede ser el más barato de los últimos años.
Hasta aquí llega el optimismo militante. Para los más descreídos la situación también ofrece elementos para el refuerzo de su postura. La más contundente: el descenso sigue estando más cerca que la zona de privilegio. El Fuenlabrada, penúltimo, cuenta con el mismo balance de victorias y derrotas que el conjunto cajista, al que ya derrotó en la primera jornada del campeonato en el Palacio de los Deportes.
Con vistas a la Copa, la situación también puede contemplarse con preocupación si se quiere. Los problemas que atraviesa el Bilbao Basket, anfitrión del torneo, alejado de los ocho primeros, parece que limitarán la clasificación a los siete primeros al término de la primera vuelta. Ya sucedió la pasada campaña cuando el Estudiantes desplazó al Manresa al celebrarse el torneo en Madrid y estar el Real Madrid clasificado por méritos propios.
Margen
Si para el Unicaja el asalto a la octava plaza parece factible, resulta bastante probable que no sea válido ante este panorama y que deba intentar alcanzar el séptimo puesto para entrar en la Copa del Rey. Y eso ya se presenta más complicado. El Manresa, su actual propietario, cuenta con dos triunfos de ventaja, los mismos que tiene el sexto, el Cajasol. El Unicaja debería limarlos con un calendario nada propicio para ello.
Con más partidos lejos de casa que en el Palacio de los Deportes -cuatro como visitante y sólo dos como local- y con una plantilla que no acaba de recuperarse de la plaga de lesiones que la asuela, el equipo malagueño parte en clara desventaja sobre sus rivales. Todo ello por no hablar de la presión añadida que supone para un equipo de su talla luchar por un objetivo evidente bajo la amenaza constante de poder quedar sin cubrirlo. Expuestas todas las lecturas posibles de la situación, que cada cual elija la que más le convenza.

La consecución de los dos primeros objetivos de la temporada, la clasificación para la segunda fase de la Euroliga y la entrada en la Copa del Rey -sobre todo este último-, pasan en buena parte por la medida que pueda ofrecer el Unicaja lejos del Palacio de los Deportes. El cuadro malagueño afronta un tramo final de año marcado por el peso de los desplazamientos, ya que encara cinco de sus próximos seis encuentros como visitante, los cuatro más inminentes de forma consecutiva.
El Olympiacos (10 de diciembre), el Bilbao Basket (12 de diciembre), el Efes Pilsen (17 de diciembre) y el Blancos de Rueda Valladolid (20 de diciembre) componen el primer y gran grupo de desplazamientos que debe afrontar el Unicaja antes del pequeño y único parón del que disfrutará en la semana de Navidad. La llegada del DKV Joventut al Palacio de los Deportes el domingo 27 de diciembre será el único encuentro que jugará en casa en lo que queda de mes, ya que dos o tres días después (29 o 30) el equipo de Aíto deberá rendir visita al Gran Canaria.
No obstante, no todas las salidas que debe afrontar el Unicaja tienen el mismo valor. En la Euroliga, a pesar del inesperado tropiezo contra el Partizán, la clasificación parece sólo cuestión de tiempo. Las cinco victorias con las que cuenta le valieron la pasada campaña el pase a todos los equipos que las alcanzaron, sin olvidar que aún debe pasar por Málaga el Orleans, el único participante que no conoce todavía la victoria en el torneo. Por lo tanto, más que certificar el pase al 'Top 16', lo que el cuadro de Los Guindos pondrá en juego en Atenas y Estambul será la posición final que pueda ocupar en el grupo B.
Casi sin error
En la Liga ACB el panorama es otro muy diferente. Con una única victoria por el momento lejos de Málaga, al Unicaja le toca dar un giro total a su trayectoria hasta la fecha. Las cuentas le obligan a ganar seis de sus siete partidos pendientes, y hay que tener en cuenta que todavía habrá de viajar al Buesa Arena para medirse al Caja Laboral.
De esta forma, del resultado que pueda obtener en sus visitas al Bilbao, al Valladolid y al Gran Canaria -la situación del equipo insular es tan complicada como la del propio Unicaja- dependerán en buena medida sus opciones de acudir a la Copa del Rey, todo ello sin que se produzcan sobresaltos en sus encuentros en casa.

EMILIO FERNÁNDEZ. MÁLAGA Llegó por casualidad a la convocatoria del Unicaja para el partido frente al Meridiano Alicante y acabó siendo una de las claves de los verdes para ganar a los levantinos. La lesión en el entrenamiento del viernes de Saúl Blanco le reabrió las puertas del primer equipo, tras algunas semanas entregado en cuerpo y alma al Clínicas Rincón, pero fuera de la dinámica diaria del ACB.
Rafael Freire se convirtió el sábado en el segundo jugador más joven en estrenarse en la historia del Unicaja en la Liga con 17 años, 9 meses y 24 días. Sólo el islandés Pavel Ermolinski era más joven el día que debutó en un choque liguero con la casaca cajista. Tenía, exactamente, 22 días menos (19 años, 9 meses y 2 días).
Él mismo confiesa que estaba nervioso y que se lo dijo al árbitro Pérez Pizarro justo cuando saltó a la cancha con poco más de tres minutos por jugarse del último cuarto. El colegiado le preguntó: "¿Cómo estás Rafa?". "Muy nerviosos", le dijo el canterano.
El paso de los minutos convirtió los nervios iniciales en buenas maneras hasta sumar cinco puntos, tres rebotes y dos asistencias en 17 minutos, recibiendo una gran ovación cuando Aíto lo sentó en el último cuarto.

–Después de tanto esperar por los papeles, por fin ya ha conseguido debutar con el primer equipo…
–Han sido muchos problemas durante todo el verano, pero ya se han solucionado. Tenía muchas ganas de jugar. Estoy muy contento.
–¿Cómo se sintió durante el partido?
–Al principio estaba muy nervioso, después todo fue a mejor. Me falta un poco de físico, por eso pedí el cambio, pero estuve muy cómodo. La verdad es que cuando me dijo Aíto que saliera, me sentí muy pequeño en un pabellón tan grande y con tanta gente. No sabía qué iba a hacer.
–Se ha metido a la afición en el bolsillo desde el primer día. ¿Sintió el calor de la grada, sobre todo con la ovación que le dedicó el público en el último cuarto, cuando su entrenador lo sustituyó?
–Es bonito que la gente te apoye. Te ayuda a seguir trabajando. Es una fuerza extra para el jugador.
–¿Qué es Rafa Freire? ¿Base o de escolta?
–Me da lo mismo de una cosa o de otra. Yo lo único que quiero es jugar.
–¿Qué le pasa al equipo que tanto le está costando arrancar, sobre todo en la ACB?
–No lo sé. Yo ahora llevaba algunas semanas sin entrenar con ellos. Creo que hay muchos jugadores nuevos y eso ha sido un problema desde la pretemporada.
–¿Qué puede aportar Freire al equipo en este momento?
–Las máximas ganas posibles. Lo que quiera el entrenador. Trabajar muy duro en defensa y aportar también en ataque.
–¿Cómo ha vivido todos estos meses esperando que llegara el tránsfer de la Confederación Brasileña?
–Como siempre desde que sabía que había ese problema. Yo entrenaba, entrenaba, entrenaba y lo que deseaba era que alguien viniera al entrenamiento y me dijera: "mañana juegas".
–¿Qué le pidió Aíto que hiciera frente al Meridiano Alicante?
–Que trabajara duro e hiciera mi mejor juego.
–Y ahora, ¿qué? Después de jugar en ACB y hacerlo tan bien, ¿sería duro volver a bajar un escalón y regresar al Clínicas Rincón y a la Liga Adecco LEB Oro?
–No sé qué pasará. El sábado fue mi primer partido de la ACB. Yo intentaré aprovechar mi oportunidad, pero veremos a ver qué pasa cuando se recupere Saúl Blanco.
–Por cierto, ¿se ve con opciones de jugar la primera Copa del Rey de su carrera profesional?
–Claro. Estoy seguro que el equipo todavía tiene opciones y de que vamos a apurarlas hasta el final. Si hay que jugarla, se juega.

Mañana seguramente sin Lima, Freeland ni Archibald, sin juego interior que desastre de temporada.

a ganar por huevos

lo veo muy complicado que ganemos mañana sin juego interior.

En Bilbao está hoy el Unicaja y a está ciudad desea regresar el próximo 18 de febrero cuando arranque la Copa del Rey. El camino y el destino son conocidos, pero el recorrido está plagado de dificultades. La primera hoy, y tiene como protagonista al Bizkaia Bilbao Basket, equipo que no sufre los agobios del conjunto malagueño, puesto que está clasificado para el torneo copero como anfitrión.
No es el caso del Unicaja, que está casi obligado a ganar al conjunto vasco para dar un paso determinante para asentarse entre los siete primeros de la clasificación y ganar puntos para estar entre los elegidos al final de la jornada 17, que es cuando se realizará el corte para la Copa.
Hace sólo dos jornadas la posibilidad de que el Unicaja disputase el torneo parecía una quimera, pero la tremenda igualdad que reina en la Liga y la recuperación mostrada por el equipo de Aíto han devuelto la fe en las posibilidades de clasificación. Con diez equipos con las mismas victorias (4) y a sólo dos triunfos del séptimo que tiene seis, el partido de hoy frente al Bilbao tiene una enorme importancia.
Parte de guerra
Pero el choque llega en mal momento para el conjunto malagueño. Inmerso en un sinfín de problemas con las lesiones, el Unicaja tiene la baja de Archibald y la duda Lima, mientras que parece que finalmente Freeland podrá participar en el choque tras causar baja contra el Olympiacos por una contractura en el muslo izquierdo y en el que se ha comprobado que no sufre una rotura de fibras. Eso sí, la resonancia desveló que el jugador tiene un derrame y en caso de forzar podría sufrir una rotura de fibras; lo que ya sería el colmo de la mala suerte para el Unicaja.
Distinta es la situación de Archibald. El escocés también fue sometido ayer a una pruebas en Bilbao, que descartaron una luxación o una rotura, pero que revelaron una artritis escápulo humeral, que le hace ser baja definitiva para el encuentro de esta tarde y habrá que esperar su evolución para ver si puede participar en el choque de la próxima semana en Estambul
El último frente abierto es del Lima y Lewis. Con los problemas físicos de Freeland y la baja de Archibald, la presencia de un 'cinco' más en el banquillo no estaría de más, por lo que las opciones del pívot brasileño han aumentado a pesar de que ayer tuvo que acudir al médico a causa de un resfriado. El canterano ha mejorado de la gripe y dice estar en condiciones para jugar. Con Printezis a pleno rendimiento tras su lesión, ayer volvió a ser dado de alta para la Liga, Lewis tiene todas las papeletas para quedarse fuera del equipo, a pesar de sus buenas prestaciones en los partidos que ha disputado hasta el momento.
Repasado el parte médico y con Aíto rezando para que no se lesione nadie más, hay que recordar que Saúl Blanco está en Málaga, el Unicaja se mide a un rival al que se le puede comparar. Los dos equipos han protagonizado las grandes decepciones de la Liga ACB está temporada. Los malagueños por su pésimo comienzo y los vascos porque se esperaba mucho más de ellos tras su importante inversión durante el verano.
A pesar de esta consideración, ambos están en una línea ascendente. El Bilbao ha ganado sus dos últimos partidos (Juventut y Murcia) comandados Mumbrú y un Marko Banic que se ha convertido en el líder del equipo. Así, en Murcia, el croata logró la primera designación de su carrera como MVP de la jornada gracias a sus 13 puntos -con pleno en tiros libres (5/5) y de dos (4/4)- 9 rebotes y 5 faltas recibidas. Las opciones de victoria del Unicaja pasan por frenar a un jugador que es el mejor en tiros de dos puntos de la Liga, y al que tanteó el pasado verano como posible refuerzo. También cabe destacar que el Bilbao ha prolongado hasta el final de temporada el contrato del alero estadounidense Robert Conley, por lo que Txus Vidorreta tendrá que descartar a un jugador tras el regreso del lesionado Chris Warren. Con Salva Guardia recuperado de unas molestias en la espalda, el 'sacrificado' ha sido el ex jugador del Unicaja Paco Vázquez.
Como se puede comprobar, muchos frentes abiertos en un partido clave para los intereses del Unicaja.

RAFAEL M. GUERRA. MÁLAGA Partido para hombres. Partido de los grandes, de los que pueden marcar una temporada. Partido en el escenario copero, en el epicentro del terremoto. En un par de meses, el Bizkaia Arena será el centro del mundillo baloncestístico español. Allí se celebrará la Copa del Rey. Sólo siete equipos pueden obtener una plaza para la cita copera, ya que el Bizkaia Bilbao, el rival de esta noche (20.00 horas, sin televisión) es el anfitrión y tiene su plaza garantizada.
El Unicaja es uno de esos aspirantes. O, al menos, está fabricado para serlo. Los acontecimientos han volteado la situación. El equipo comenzó la Liga con cinco derrotas consecutivas. Ahora, tras 11 jornadas, acumula un balance de 4-7. Es noveno en la clasificación. El problema es que semejante récord le da para empatar, incluso, con el penúltimo clasificado de la ACB. Hasta nueve equipos igualan en la tabla. Una barbaridad. Incluido el Bilbao.
La del Unicaja se ha convertido en una lucha contra los elementos. Aíto García Reneses ha de buscar la fórmula para combatir contra todo bicho viviente. Contra una plantilla, la propia, desestructurada, descabezada y hecha por debajo del nivel exigible al tercer presupuesto de la ACB. Y luego, está inmerso en una pelea feroz contra las lesiones. Una tras otra, una vez una rotura del tendón de Aquiles, otra un codazo en el ojo o un resfriado, el Unicaja parece gafado.
Llega a Bilbao con la baja segura de Saúl Blanco, por una rotura de fibras en el gemelo. También con la de Robert Archibald, con una luxación en el hombro producida en la baldía ´batallita´ de El Pireo. Joel Freeland está mucho mejor de sus molestias musculares. Y Lima, con fiebre, será duda hasta última hora. Él se jugará una plaza con Lewis, ya que Dean es fijo para ocupar una de las dos plazas de americano.
Hay muchísimas lesiones, sí, pero el Unicaja debe ser competitivo. Para eso tiene una plantilla larguísima. De hecho, hoy vestirá a diez jugadores profesionales, incluido el chaval Rafa Freire, que tan buen debut tuvo el pasado sábado contra el Alicante.
Están disponibles Guille Rubio, por quien se pagó este verano 400.000 euros al Manresa. También el recuperado Giorgos Printezis, llamado a liderar a este Unicaja, con su flamante ficha superior al millón de euros. Y los dos jugadores que mejor rendimiento están ofreciendo por el momento, Carlos Jiménez y Jiri Welsch. A la espera de noticias seguimos con Berni Rodríguez, el capitán que debe dar un paso al frente.
El club tuvo que dar de baja ayer al lesionado Archibald para poder cumplimentar los cupos. Sólo están permitidos cinco europeos y dos extracomunitarios, y Aíto cuenta con Williams, Cook, Welsch, Printezis y el recuperado Freeland, más dos americanos. Fijo es Dean. El otro se sabrá esta misma tarde. Si Lima mejora de su gripe, la plaza será para el brasileño, que puede actuar de ´cinco´. De lo contrario Lewis tendrá una nueva oportunidad.
El Bizkaia Bilbao es un muy buen equipo que va de menos a más. Le ha costado arrancar, pero ha encontrado ya su línea. Recupera para hoy a Chris Warren y le ha hecho contrato hasta final de año a Robert Conley, dos que le tienen tomada la medida al Unicaja.

R. MOLINA GUERRA. MÁLAGA Taquan Dean, el jugador fichado por el Unicaja para liderar el juego de perímetro y ´bombardear´ el aro de los rivales, se ha convertido, a golpe de pésimas actuaciones, en el segundo peor extracomunitario de toda la Liga ACB. La valoración –que calibra las cosas buenas y malas hechas en un partido– del estadounidense es de tan sólo 4 puntos. Un único extracomunitario de la Liga ACB empeora esos números. Es el escolta del Meridiano Alicante, Kyle Hill, que se queda en 2,5.
De entre los jugadores foráneos que comenzaron la Liga ACB, no han sido ´cortados´ y han actuado con regularidad, Dean se ha situado en el segundo lugar más bajo de esa clasificación. Hay algunos casos peores, como analizaremos más adelante, pero o son temporeros o han estado lesionados o ni siquiera han llegado a disputar cinco de los 11 encuentros que ya se han vivido en la ACB.
Los números de Taquan Dean están ahí. No engañan. Ha promediado, en las nueve citas que ha disputado, 8,8 puntos, 1,8 rebotes y 0,3 asistencias en 19:14 minutos, con una valoración de 4 puntos. Es cierto que es uno de los americanos con menos presencia en pista. Pero no es menos cierto que no se ha ganado más tiempo en la cancha.
Aíto García Reneses le ha dado barra libre. Le ha permitido tirar y tirar. Ha diseñado jugadas en ataque para él. Pero Dean no está respondiendo a las expectativas. Tampoco habría que olvidar que el estadounidense proviene del CB Murcia, con el que estuvo a punto de descender el pasado año a la LEB Oro. En un equipo de inferior categoría, Dean firmó una valoración media de 11,8 puntos. La anterior temporada había militado en el Castweb Casale Monferrato italiano, de la Segunda categoría del básket transalpino.
Su nombre era uno de los últimos de la lista que manejaba el club para cerrar su perímetro. Había otros nombres, como Clay Tucker (DKV Joventut), Travis Hansen (Real Madrid) o Carl English (Caja Laboral). Pero Dean era el más económico. Con una ficha en torno a los 500.000 dólares libres de impuestos, el americano llegó con la misión de liderar el perímetro.
Nada malo puede decirse de él. Dean es un auténtico profesional que se desvive por su trabajo. Buen compañero, el estadounidense es un escolta completo, ya que también puede defender con intensidad. El gran motivo para el que se le fichó fue, sin embargo, para que explotara su buena muñeca. Algo que sí ha hecho más regularmente en la Euroliga. Sin embargo, desde su mejor actuación, en Orleans, donde firmó 30 puntos, Dean ha iniciado un descenso sin frenos que amenaza ruina.
Su irregularidad le ha llevado a ser el segundo peor extracomunitario de la ACB, sólo por delante de Kyle Hill que, precisamente, brilló hace una semana en el Carpena. El escolta sólo acumula una media de 2,5 de valoración.
Casos especiales*. De la pléyade de jugadores americanos de la ACB hay algunos casos que llegan a empeorar los números de Dean. Se trata, todos, de casos especiales, de jugadores temporeros, como el propio Larry Lewis. El cajista lleva un solo partido, en el que firmó una valoración de dos puntos.
Aún peor está Maurice Ager. El americano del Cajasol fichó a principios de curso, pero ocupó su plaza el ya ´cortado´ Asselin. Ager apenas ha disputado cinco partidos, con -1,6 de valoración. También Chris Warren está por debajo de Dean. Claro que el alero del Bizkaia se lesionó el tobillo, ha tenido un recambio (Robert Conley) y volverá a la competición hoy contra el Unicaja con apenas sólo cuatro partidos disputados, con 3,3 de valoración.
Incluso jugadores ´cortados´ por su bajo rendimiento, como Marshall (Valencia), con 7 de valoración, superan a Dean. Ruffin acabó su contrato temporal con el Manresa esta misma semana, sustituyendo al lesionado Cusworth, y se marcha con 5,6.
El ´8´ del Unicaja es consciente de que el equipo necesita su aportación más que nunca. El problema es que su rendimiento ha ido de más a menos, tocando fondo en las últimas semanas. Acabó con -1 contra el Meridiano Alicante, el pasado sábado. Ante el Barça, en el encuentro anterior, se quedó con 1. En Madrid, contra el Estudiantes, volvió a vivir en negativo (-2). Hoy debe reaccionar.

No juegan Blanco,Dean,Archibald, muy tocado Freeland.

de momento ganamos de 6 en el segundo cuarto.

ganamos 41 a 35 en el descanso.

vamos bien

esperemos no fastidiarla en los últimos cuartos, de momento bien para las bajas que tenemos

ganamos 53 a 46 gracias a 2 triples de Printezis.

ganamos 76 a 61 de momento muy bien Unicaja.

vamos a ganar! victoria importantisima.

Final Bilbao 70 Unicaja 81, Printezis impresionante partido jugónnnnnnnnnnn