Respuesta contundente de la plantilla a la decisión ya adoptada de SanzLos jugadores conocían en el vestuario que el técnico iba a ser destituido en caso de derrota en el estadio Sánchez PizjuánLa decisión ya estaba tomada. En caso de derrota en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán, Juan Ramón Muñiz iba a ser destituido como entrenador del Málaga. Sin medias verdades. Fernando Sanz lo tenía muy claro y así se lo expuso a sus más cercanos. De hecho, los jugadores ya lo sabían a mitad de la semana y decidieron responder de forma contundente, con un elevado grado de compromiso.
Sanz ya no tiene la más mínima duda: la plantilla está 'a muerte' con Muñiz. Lógicamente el asturiano ha tenido algún que otro encontronazo con determinados jugadores por su exigencia de que no se puede bajar la intensidad, algo que lo caracteriza desde que comenzó su carrera como entrenador. Sin embargo, desde el primer día el grupo está con él, porque les habla claro. Los futbolistas con más peso tiran del carro.
Los continuos elogios de Muñiz no son gratuitos. Hace tres temporadas, cuando el equipo trataba de eludir el descenso y la casi segura desaparición, el técnico era consciente de que el nivel de la plantilla era tan bajo y los jugadores estaban tan atenazados por la presión que debía obviar permanentemente la crítica en público y en privado. Ahora la situación es opuesta. Está plenamente satisfecho de la actitud de sus jugadores y su convicción de que el equipo saldrá pronto del atolladero es absoluta.
Mientras, la plantilla responde con profesionalidad. A los futbolistas les encanta su forma de trabajar. Entrenamientos no excesivamente largos, pero sí muy intensos. Eso sí, el listón que marca la exigencia del técnico es alto para algunos jugadores y ahí surgen los únicos focos de discrepancia. Pero está más que superado.
Calma tensa La pasada semana se vivió con calma tensa en el vestuario. Los pitos desde la grada y las críticas al entrenador no gustaron. Los jugadores no entendían del todo ese clima en La Rosaleda cuando esperaban un apoyo desde el principio hasta el final. A ello se sumó que en el seno de la plantilla se supo que el entrenador iba a ser destituido. Conste que el mensaje, según han reconocido desde dentro del equipo a este periódico, no llegó de forma sesgada o como un simple rumor o elucubración. El mensaje llegó claro y rotundo. «Si no se gana en Sevilla, él no sigue». No se sabe exactamente cuál fue el origen, si fue Fernando Sanz el que la pronunció ante uno de sus más cercanos o si llegó a través de una tercera persona con la necesaria credibilidad.
El caso es que la plantilla lo supo a mediados de la semana -cuentan que el miércoles- y no agradó precisamente. Algunos de los pesos pesados hablaron en pequeños grupos dentro de la caseta. La conclusión fue que el equipo se conjuró para dar el máximo en el estadio Sánchez Pizjuán y facilitar así la continuidad del entrenador.
Malagueños La imagen en Sevilla fue evidente: los once futbolistas dieron la cara. Incluido Duda, cuyo estado de forma no es precisamente boyante estas semanas. Juanito, Jesús Gámez, Manolo, Fernando, Apoño... Casualmente, todos malagueños. Jugadores que también valoran, por qué no decirlo, que Muñiz apueste cuando se requiere por la cantera sin mirar la edad.
El elevado nivel de compromiso hacia el entrenador quedó patente antes de saltar al terreno de juego, pero sobre todo después del 2-2. Cuando lo habitual es ver a un equipo dejarse llevar cuando intuye la situación de debilidad del técnico (o tiene la certeza, como ocurre en este caso), el Málaga demostró que no baja los brazos, mantuvo la cabeza alta y buscó hasta el final el triunfo (lástima de la indecisión de Valdo). Cualquier colista se habría hundido tras pasar del 0-2 al 2-2. Si esto no sucedió fue para ofrecer una contundente respuesta a la decisión ya tomada por el presidente.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-11-30/respuesta-contundente-plantilla-decision-20091130.html