COLISTA para empezar
El Málaga, en su reencuentro con la primera, recibe un severo correctivo por parte del Atlético de Madrid. Forlán, con un doblete, Ujfalusi y Sinama sentenciaron a un flojo bloque tanto en defensa como en ataqueEl Málaga colaboró ayer en la prolongación de la fiesta del Atlético de Madrid de haberse metido en la Liga de Campeones. Fue bonito ver al conjunto blanquiazul de nuevo en Primera División, junto a los grandes del fútbol español, pero la ilusión ni siquiera duró media hora. E incluso a los 43 minutos, con 3-0 en contra, llegó a la mente el triste recuerdo de la ´manita´ que nos endosó el equipo colchonero en el último envite disputado en el estadio Vicente Calderón.
El conjunto de Antonio Tapia, sabedor del peligro que lleva al contragolpe el bloque dirigido por su homólogo, el mexicano Javier Aguirre -quien le saludó de forma muy efusiva antes del inicio-, aguantó bien el tipo hasta que el checo Ujfalusi abrió la lata en uno de los infinitos córners botados por Mariano Pernía.
El Málaga, cada vez que el argentino-español se situaba en el saque de esquina, parecía un pato mareado, de ésos que aún se ven en el río Manzanares, tan asustado como indefenso. Y a la contra llegó la puntilla, de la mano del charrúa Forlán, el segundo de gran derechazo con la benevolencia de Nacho, que no pudo con su carrera, y de Arnau, que antes había evitado varios goles ´cantados´ a remates de Simao y del propio uruguayo, que también había rematado al poste. Y el tercero, de uno de esos penaltis que hay que ver repetidos por televisión.
El Atlético está en racha. Eso nadie lo va a negar. Pero si además el rival le da facilidades... Porque en defensa el bloque de Martiricos parece un flan, mientras que en ataque deja mucho que desear. El primer remate serio fue de Baha, en una semivolea, cuando ya el videomarcador reflejaba el 3-0, antes del descanso. El Málaga necesita otro delantero, llámese Luque, Kepa o ´Lukekepa´. Un ´nueve´ que lleve peligro con Baha de segundo, porque Duda no es atacante por mucho interés que ponga el luso en la empresa.
El partido duró 38 minutos, el tiempo que tardó el Málaga en recibir dos goles, sin olvidar los que evitaron Arnau, Weligton, Cuadrado y el poste. Y la sentencia fue al contragolpe, como le gusta jugar a Javier Aguirre, que disfrutó, y como quiere Antonio Tapia que jugue el Málaga, que ahora es sólo un esbozo de lo que pretende el técnico cordobés. Hubo algunos atisbos de llevar peligro a la contra, pero unas veces la propia ineficacia y otras las faltas tácticas -algunas de ellas mereció tarjeta, como la de Forlán- impidieron recortar distancias a través de esa faceta.
Tras la reanudación, Tapia sacrificó a Nacho, retrasó a Calleja y metió como extremo zurdo a Luque. Poco después, incluyó en el esquema también a Adrián -volcado a la derecha- por un desdibujado Cheli. El Málaga se animó algo, sobre todo a balón parado, con el ex colchonero Luque -jugó con el dorsal 16 y no con el 15- y Duda como protagonistas. Pero la palabra ´peligro´ no aparecía por el área rojiblanca.
En cambio, el Atlético de Madrid se permitió el lujo de errar goles claros como el de Maxi a puerta vacía o Luis García, de volea, solo ante Arnau.
Bien es cierto que el Málaga, a falta de un delantero y con jugadores lesionados o ´tocados´ -Fernando, Rossato, Salva Ballesta, Pere Martí, Silva y Pablo Barros- es un equipo en construcción. Que esto no ha hecho más que empezar. Que la Liga es muy larga. Y que el rival de ayer fue el menos propicio, porque la euforia por el pase a la ´Champions´ llevó en volandas a la afición y al bloque rojiblanco. Pero la imagen en ataque de los malaguistas dejó mucho que desear.
Sólo Lolo, dentro del área y en una acción calcada al primer gol del Atlético, tuvo la oportunidad de recortar diferencias en la segunda parte, además de un libre directo de Duda que lamió el larguero de un aburrido Coupet.
Y es que, aunque sea sólo la primera jornada de Liga, algunos puestos parecen cojos, como el de lateral izquierdo, el de extremo derecho y el de delantero centro.
El 4-0, obra de Sinama-Pongolle, refleja la diferencia de presupuesto entre el Atlético y el Málaga, pero también lo que se vio sobre el terreno de juego, donde el conjunto blanquiazul dio excesivas facilidades atrás en la primera parte, mientras que el contrincante se limitó a nadar y a guardar la ropa.
Poco antes del cuarto tanto, que provocó el delirio y la ola en los seguidores locales, Tapia dio entrada a Apoño por un cansado Miguel Ángel.
El Málaga tiene 14 días para demostrar que 90 minutos no son nada, que el Athletic de Bilbao, en La Rosaleda, debe pagar los platos rotos. Son sólo tres puntos. Pero a nadie le gusta ver a su equipo en la parte más baja de la tabla, como colista. Ni tampoco que Arnau sea el mejor del equipo.
PD. Yo no pude ver el partido, pero parece que la imagen que dio el equipo es lamentable
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