Los furgones a los que un hombre prendió fuego el martes en comisaría elevan a 170 los vehículos calcinados en lo que va de año en la capital
Los barrios populosos son los más castigados
Los pirómanos actúan en días alternos. Cada 48 horas, queman indiscriminadamente un coche aparcado en las calles de la ciudad. Casi siempre de noche. Pero hay madrugadas de infierno. Como la del pasado martes, en la que ardieron siete vehículos policiales que estaban estacionados a la espalda de la Comisaría Provincial.
La sangría de automóviles que acaban siendo pasto de las llamas es constante. En lo que va de año, los bomberos de Málaga han sofocado unos 170 incendios de vehículos en la capital, un promedio ligeramente superior al de 2008, que acabó con 280 en doce meses, según ha podido saber SUR. La cifra no es baladí. La media mensual supera los veinte coches, lo que supone uno en menos de 48 horas.
Los especialistas en investigación de fuegos aseguran que la mayoría de los siniestros son provocados por actos vandálicos y pirómanos, sin olvidar los turismos que son robados para cometer un delito y a los que luego se prende fuego para destruir huellas, y que suelen aparecer siempre abandonados en barrios marginales. Por último, están los coches que arden como consecuencia de accidentes de tráfico o averías, que son los menos.
El trabajo de la policía se centra fundamentalmente en combatir las dos primeras causas de incendio, que además son las que provocan casi todos los fuegos que requieren la intervención de bomberos. Al buscar la autoría, los agentes distinguen tres perfiles muy diferentes: «El pirómano lo hace por necesidad, por un impulso; el gamberro lo hace por aburrimiento o diversión; y el delincuente lo hace para destruir pruebas».
El mapa de los lugares donde suelen prender fuego a los vehículos está directamente relacionado con el perfil del autor. Los incendios provocados por actos vandálicos, que son los más comunes, se reparten por la ciudad, sin horario ni itinerario definidos. «Hay veces que les da por un barrio y actúan en él durante una temporada y luego cambian de escenario», comenta otro policía con experiencia en estas lides. «Últimamente -añade- hemos tenido episodios puntuales en Churriana, Carretera de Cádiz o Cruz del Humilladero».
Con nocturnidad
En estos casos, los autores suelen ser jóvenes que se desplazan en moto y que actúan con nocturnidad «y cobardía», apostilla el agente. «Usan pastillas de barbacoa o sustancias acelerantes -alcohol y la gasolina- a las que prenden fuego con un mechero. A veces -prosigue- se quedan en las inmediaciones para grabar con el móvil la intervención de bomberos y luego cuelgan el vídeo en Internet».
El objetivo de estos gamberros no suelen ser los coches, sino los contenedores. Los vehículos aparcados junto a éstos se convierten en daños colaterales. De hecho, la cifra de depósitos de basura que acaban siendo pasto de las llamas cada día en las calles de la ciudad triplica a la de los automóviles. En 2008 hubo 771 incendios de este tipo y en lo que va de año ya se han registrado 407.
El caso de los pirómanos es diferente, por sí suelen tener un horario y una ruta más o menos fija. En Málaga han sido detenidos varias personas con este perfil que tuvieron durante un tiempo en jaque a las Fuerzas de Seguridad. Hace un par de años fue arrestado un indigente que prendió fuego a medio centenar de vehículos en dos meses en el sector de Carretera de Cádiz. En 2007 también fue detenido un vigilante de seguridad acusado de prender fuego a contenedores.
Para seguir su rastro, la Policía Local confecciona una especie de mapa de los incendios que se alimenta con los datos de bomberos y de la sala del 092. Aunque esta radiografía demuestra que los incendios salpican por igual a toda la ciudad, lo cierto es que se producen más episodios en los sectores más poblados, como Carretera de Cádiz o Cruz del Humilladero. Dentro de estos hay barrios más castigados que otros, como por ejemplo Puerta Blanca, donde la calle Nuestra Señora de las Candelas es un clásico en la quema de contenedores.
Los agentes apelan a la colaboración ciudadana para detener a los autores. «Hemos cogido a pirómanos porque un vecino que lo grabó sin que lo viera. Ahora, con los móviles, todo el mundo tiene recursos audiovisuales. El mejor policía es el ciudadano que colabora», concluyen.
http://www.diariosur.es/20090917/malaga/cada-cuarenta-ocho-horas-20090917.html
Los barrios populosos son los más castigados
Los pirómanos actúan en días alternos. Cada 48 horas, queman indiscriminadamente un coche aparcado en las calles de la ciudad. Casi siempre de noche. Pero hay madrugadas de infierno. Como la del pasado martes, en la que ardieron siete vehículos policiales que estaban estacionados a la espalda de la Comisaría Provincial.
La sangría de automóviles que acaban siendo pasto de las llamas es constante. En lo que va de año, los bomberos de Málaga han sofocado unos 170 incendios de vehículos en la capital, un promedio ligeramente superior al de 2008, que acabó con 280 en doce meses, según ha podido saber SUR. La cifra no es baladí. La media mensual supera los veinte coches, lo que supone uno en menos de 48 horas.
Los especialistas en investigación de fuegos aseguran que la mayoría de los siniestros son provocados por actos vandálicos y pirómanos, sin olvidar los turismos que son robados para cometer un delito y a los que luego se prende fuego para destruir huellas, y que suelen aparecer siempre abandonados en barrios marginales. Por último, están los coches que arden como consecuencia de accidentes de tráfico o averías, que son los menos.
El trabajo de la policía se centra fundamentalmente en combatir las dos primeras causas de incendio, que además son las que provocan casi todos los fuegos que requieren la intervención de bomberos. Al buscar la autoría, los agentes distinguen tres perfiles muy diferentes: «El pirómano lo hace por necesidad, por un impulso; el gamberro lo hace por aburrimiento o diversión; y el delincuente lo hace para destruir pruebas».
El mapa de los lugares donde suelen prender fuego a los vehículos está directamente relacionado con el perfil del autor. Los incendios provocados por actos vandálicos, que son los más comunes, se reparten por la ciudad, sin horario ni itinerario definidos. «Hay veces que les da por un barrio y actúan en él durante una temporada y luego cambian de escenario», comenta otro policía con experiencia en estas lides. «Últimamente -añade- hemos tenido episodios puntuales en Churriana, Carretera de Cádiz o Cruz del Humilladero».
Con nocturnidad
En estos casos, los autores suelen ser jóvenes que se desplazan en moto y que actúan con nocturnidad «y cobardía», apostilla el agente. «Usan pastillas de barbacoa o sustancias acelerantes -alcohol y la gasolina- a las que prenden fuego con un mechero. A veces -prosigue- se quedan en las inmediaciones para grabar con el móvil la intervención de bomberos y luego cuelgan el vídeo en Internet».
El objetivo de estos gamberros no suelen ser los coches, sino los contenedores. Los vehículos aparcados junto a éstos se convierten en daños colaterales. De hecho, la cifra de depósitos de basura que acaban siendo pasto de las llamas cada día en las calles de la ciudad triplica a la de los automóviles. En 2008 hubo 771 incendios de este tipo y en lo que va de año ya se han registrado 407.
El caso de los pirómanos es diferente, por sí suelen tener un horario y una ruta más o menos fija. En Málaga han sido detenidos varias personas con este perfil que tuvieron durante un tiempo en jaque a las Fuerzas de Seguridad. Hace un par de años fue arrestado un indigente que prendió fuego a medio centenar de vehículos en dos meses en el sector de Carretera de Cádiz. En 2007 también fue detenido un vigilante de seguridad acusado de prender fuego a contenedores.
Para seguir su rastro, la Policía Local confecciona una especie de mapa de los incendios que se alimenta con los datos de bomberos y de la sala del 092. Aunque esta radiografía demuestra que los incendios salpican por igual a toda la ciudad, lo cierto es que se producen más episodios en los sectores más poblados, como Carretera de Cádiz o Cruz del Humilladero. Dentro de estos hay barrios más castigados que otros, como por ejemplo Puerta Blanca, donde la calle Nuestra Señora de las Candelas es un clásico en la quema de contenedores.
Los agentes apelan a la colaboración ciudadana para detener a los autores. «Hemos cogido a pirómanos porque un vecino que lo grabó sin que lo viera. Ahora, con los móviles, todo el mundo tiene recursos audiovisuales. El mejor policía es el ciudadano que colabora», concluyen.
http://www.diariosur.es/20090917/malaga/cada-cuarenta-ocho-horas-20090917.html