El Málaga mostró buenas sensaciones frente al deportivo y el racing, pero ambos encuentros acabaron con derrota

Está claro que lo único que vale en el fútbol son las victorias. Todo lo demás sobra en las frías estadísticas de cara a la clasificación final, que es lo que importa al club, a la plantilla y a la afición.

Sin embargo, cuando los resultados no acompañan es imprescindible razonar a qué se debe, por qué motivo no entra la pelota, si falla el planteamiento táctico o qué provoca que el equipo haya pasado de comenzar la Liga de la mejor manera posible a encadenar dos derrotas seguidas.

El Málaga, tras golear por 3-0 al Atlético de Madrid en el estreno liguero, ha sufrido dos derrotas consecutivas: frente al Deportivo de La Coruña en Riazor (1-0) y ante el Racing de Santander en La Rosaleda (1-2).

No obstante, el equipo dirigido por Juan Ramón Muñiz ha mostrado buenas sensaciones a lo largo de estas dos últimas jornadas, con serios planteamientos tácticos y numerosas ocasiones de gol creadas.
Punto de mira desviado. El denominador común en ambos casos ha sido la falta de puntería en el momento clave, las oportunidades erradas en boca de gol, sobre todo por parte de Baha y Obinna.

En total, el Málaga ha rematado a puerta 26 veces en dos partidos, lo que da una idea del potencial ofensivo con el que equipo esta temporada. Respecto al choque frente al Dépor, estaba controlado en todo momento, aunque con algunos apuros en defensa, hasta que Filipe Luis marcó de zapatazo desde 25 metros, de ésos que se cuelan en la red uno de cada diez. Y fin a la posibilidad de puntuar.

Ante el Racing, la posesión de balón fue del 62 por ciento a favor del cuadro malagueño por el 38 por ciento de los racinguistas. El Málaga llegó quince veces con peligro a la meta cántabra, mientras que el bloque dirigido por Juan Carlos Mandiá sólo remató en cinco ocasiones.

Sólo tres despistes puntuales de la línea defensiva motivó que el Racing marcara dos goles; en el otro, por fortuna, no entró el balón por poco en un cabezazo de Munitis. El planteamiento táctico fue valiente por parte de Muñiz, que metió todo su arsenal en el campo para buscar la remontada que no llegó.

Sólo falta acoplar las piezas de un engranaje que, por calidad individual, debe cuajar en cuestión de semanas. Y es que son numerosos los jugadores que ya han debutado en el Málaga en sólo tres jornadas –un total de dieciocho jugadores–, con la consiguiente dificultad para lograr que encajen en su justa medida.

En el debe de Muñiz, quizás, que podría aprovechar mejor el rendimiento de Jesús Gámez y Duda, que cumplen en su cometido como central y lateral zurdo, pero que lo bordan como lateral derecho y extremo zurdo.


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