El malaguismo espera a Edinho, y él lo sabe. El teórico delantero centro titular asume que es la excepción a la regla en un club que sólo en un caso extremo paga por un traspaso. El entrenador, Juan Ramón Muñiz, le hizo un guiño el pasado sábado al incluirlo en la convocatoria cuando todos son conscientes de que el portugués aún no está al nivel deseado.
A Edinho le puede la ansiedad. Nadie en el Málaga o en el propio equipo lo confirmará. Todos optarán por echar balones fuera, pero el futbolista luso se ve presionado desde que supo que el Málaga, un club poco dado a los desembolsos por un traspaso, hizo un esfuerzo descomunal para abonar un millón y hacerse con el 60 por ciento de sus derechos, hasta entonces pertenecientes en su totalidad a su anterior equipo, el AEK Atenas.
Ese afán por triunfar desde el primer día ha supuesto un lastre para Edinho, que no termina de encontrar el punto deseado. Y esto, en un jugador de sus características, es un obstáculo casi insalvable. Al espigado delantero luso se le compara con Catanha. No es un virtuoso con el balón en los pies y probablemente su intervención en el juego sea escasa cuando disponga de oportunidades, pero es un futbolista muy físico, que va al choque y que destaca por ser un rematador, independientemente de la estatura o la corpulencia de los centrales. «Dentro del área va a todas y es fortísimo, difícil de parar», confiesa uno de sus compañeros.
Sorpresa
La convocatoria de Edinho para el partido en La Coruña sorprendió, por qué no decirlo, a algunos miembros del equipo. Junto a Cuadrado, el portugués fue uno de los jugadores de campo todavía cortos de forma que participaron en el Torneo Ciudad del Torcal. Sin embargo, Muñiz lo incluyó en una lista plagada de jugadores ofensivos: Valdo, Duda, Luque, Benachour, Forestieri, Fernando, Obinna, Baha y él.
Las fuentes consultadas por este periódico durante el pasado fin de semana en La Coruña insisten en que desde su actuación en Antequera (el martes pasado) Edinho había mejorado considerablemente en los entrenamientos. Los cuatro días siguientes se le vio mucho más suelto, con más frescura en sus movimientos y muy entonado. Posiblemente este paso adelante influyó en la convocatoria del futbolista, al margen de que con ello el técnico se garantizaba la presencia de un rematador para una emergencia.
No obstante, en la decisión también tuvo un peso enorme el deseo de que el delantero portugués se sienta protagonista, de que es uno más entre las opciones de ataque y de que incluso con las limitaciones físicas debe ser un jugador muy importante en el Málaga. También el hecho de que se viera arropado en un viaje tan largo, con dos noches de estancia fuera. Muñiz mima a Edinho. Ahora le toca a este responder a esta confianza.
A Edinho le puede la ansiedad. Nadie en el Málaga o en el propio equipo lo confirmará. Todos optarán por echar balones fuera, pero el futbolista luso se ve presionado desde que supo que el Málaga, un club poco dado a los desembolsos por un traspaso, hizo un esfuerzo descomunal para abonar un millón y hacerse con el 60 por ciento de sus derechos, hasta entonces pertenecientes en su totalidad a su anterior equipo, el AEK Atenas.
Ese afán por triunfar desde el primer día ha supuesto un lastre para Edinho, que no termina de encontrar el punto deseado. Y esto, en un jugador de sus características, es un obstáculo casi insalvable. Al espigado delantero luso se le compara con Catanha. No es un virtuoso con el balón en los pies y probablemente su intervención en el juego sea escasa cuando disponga de oportunidades, pero es un futbolista muy físico, que va al choque y que destaca por ser un rematador, independientemente de la estatura o la corpulencia de los centrales. «Dentro del área va a todas y es fortísimo, difícil de parar», confiesa uno de sus compañeros.
Sorpresa
La convocatoria de Edinho para el partido en La Coruña sorprendió, por qué no decirlo, a algunos miembros del equipo. Junto a Cuadrado, el portugués fue uno de los jugadores de campo todavía cortos de forma que participaron en el Torneo Ciudad del Torcal. Sin embargo, Muñiz lo incluyó en una lista plagada de jugadores ofensivos: Valdo, Duda, Luque, Benachour, Forestieri, Fernando, Obinna, Baha y él.
Las fuentes consultadas por este periódico durante el pasado fin de semana en La Coruña insisten en que desde su actuación en Antequera (el martes pasado) Edinho había mejorado considerablemente en los entrenamientos. Los cuatro días siguientes se le vio mucho más suelto, con más frescura en sus movimientos y muy entonado. Posiblemente este paso adelante influyó en la convocatoria del futbolista, al margen de que con ello el técnico se garantizaba la presencia de un rematador para una emergencia.
No obstante, en la decisión también tuvo un peso enorme el deseo de que el delantero portugués se sienta protagonista, de que es uno más entre las opciones de ataque y de que incluso con las limitaciones físicas debe ser un jugador muy importante en el Málaga. También el hecho de que se viera arropado en un viaje tan largo, con dos noches de estancia fuera. Muñiz mima a Edinho. Ahora le toca a este responder a esta confianza.