La investigación del caso Gürtel, la trama de corrupción masiva vinculada a Gobiernos en manos del PP, no cesa. La policía ha sumado nuevas pruebas para sustentar el posible cohecho por el que están imputados por el juez José Flors cuatro dirigentes de la Comunidad Valenciana, entre ellos el presidente Francisco Camps, que recibieron supuestamente más de 30.000 euros en supuestos regalos de la red que dirigía Francisco Correa.
Correos electrónicos acreditan el pago de las prendas de los políticos valencianos
Camps insiste en su inocencia y asegura que abonó los trajes en metálico
El último informe de la Brigada Policial contra la Delincuencia Económica y el Blanqueo de Capitales incluye dos nuevas pruebas documentales. Una de ellas consiste en diversos correos electrónicos de las empresas corruptas y de sus dirigentes, así como de José Tomás, director de ventas de las tiendas de ropa donde se vistieron los dirigentes del PP y principal testigo de cargo contra Camps.
Esos correos acreditan, según el informe policial, las relaciones comerciales entre ambos y las facturas pendientes y pagadas correspondientes a ropa adquirida por cinco dirigentes valencianos: Francisco Camps, Ricardo Costa (número dos del PP en esta comunidad), Víctor Campos (ex vicepresidente autonómico), Rafael Betoret (ex jefe de gabinete de la Consejería de Turismo en la época en la que fueron adjudicados pabellones de turismo a Orange Market, la filial valenciana de la trama corrupta) y Pedro García (el máximo responsable del canal autonómico de televisión).
La otra prueba también es novedosa y refuerza la tesis del pago de regalos de la trama de Correa, que a través de Orange Market logró contratos de al menos ocho millones de euros de la Administración valenciana, un lugar donde nunca había trabajado hasta que Camps llegó al poder y Álvaro Pérez, amigo íntimo de Camps, se trasladó de Madrid a Valencia y pasó a lograr casi todos los contratos del PP valenciano y algunos de la Administración de esta comunidad.
Esta segunda prueba es aún más concreta. El informe policial señala que en la embarcación de recreo de la trama, de nombre Parapipi, fondeada en el puerto deportivo de Altea, la policía requisó un ordenador portátil. Al analizar su disco duro encontraron un archivo con el nombre "cuentasmilano".
El documento era en realidad un folio manuscrito y escaneado donde aparecía una relación de personas a las que se adjuntaban unas cantidades y una ropa determinada. Se trata, según la policía, de todas las prendas supuestamente regaladas al presidente valenciano y a alguno de sus colaboradores. En la lista están Álvaro Pérez (jefe de Orange Market), Pablo Crespo (número dos de la trama de Correa), Camps, Betoret, Costa y Pedro García. A cada uno de ellos se le asignan diversas prendas, trajes, pantalones o chaquetas, cada una de ellas con su precio. El documento manuscrito incluye con detalle cada una de las piezas que supuestamente se regalaron a los políticos.
En su nuevo análisis, los investigadores se remiten a sus informes anteriores, donde figuran declaraciones de los distintos empleados de los establecimientos, documentación sobre los pedidos y las ventas de las tiendas de ropa, así como correos electrónicos entre el personal, y pinchazos telefónicos. A esta acumulación de indicios, el informe añade el documento hallado en el Parapipi y los correos electrónicos.
En el relato policial se detalla cómo las cantidades que figuran en los distintos documentos imputadas a los dirigentes valencianos del PP han sido abonadas mediante transferencias bancarias y cheques librados por tres empresas de la trama corrupta: Diseño Asimétrico, Servimadrid Integral y Orange Market. Las cantidades, coincidirían en parte, según la policía, con las anotadas en el folio manuscrito y escaneado que se había guardado en el disco duro de un portátil encontrado en el barco Parapipi.
Camps insiste en su inocencia y asegura que pagó los trajes en metálico con el dinero de la farmacia de su mujer, y lo hizo en la tienda. El diario Levante publicó el pasado sábado que Camps estaba en Valencia, según su agenda oficial, los días de enero y febrero de 2007 en que supuestamente debía estar en Madrid pagando los trajes. La Generalitat contestó que el presidente viaja a Madrid con frecuencia fuera de la agenda oficial y que podría haber estado en las dos ciudades en el mismo día, dado que la distancia es relativamente corta.
Correos electrónicos acreditan el pago de las prendas de los políticos valencianos
Camps insiste en su inocencia y asegura que abonó los trajes en metálico
El último informe de la Brigada Policial contra la Delincuencia Económica y el Blanqueo de Capitales incluye dos nuevas pruebas documentales. Una de ellas consiste en diversos correos electrónicos de las empresas corruptas y de sus dirigentes, así como de José Tomás, director de ventas de las tiendas de ropa donde se vistieron los dirigentes del PP y principal testigo de cargo contra Camps.
Esos correos acreditan, según el informe policial, las relaciones comerciales entre ambos y las facturas pendientes y pagadas correspondientes a ropa adquirida por cinco dirigentes valencianos: Francisco Camps, Ricardo Costa (número dos del PP en esta comunidad), Víctor Campos (ex vicepresidente autonómico), Rafael Betoret (ex jefe de gabinete de la Consejería de Turismo en la época en la que fueron adjudicados pabellones de turismo a Orange Market, la filial valenciana de la trama corrupta) y Pedro García (el máximo responsable del canal autonómico de televisión).
La otra prueba también es novedosa y refuerza la tesis del pago de regalos de la trama de Correa, que a través de Orange Market logró contratos de al menos ocho millones de euros de la Administración valenciana, un lugar donde nunca había trabajado hasta que Camps llegó al poder y Álvaro Pérez, amigo íntimo de Camps, se trasladó de Madrid a Valencia y pasó a lograr casi todos los contratos del PP valenciano y algunos de la Administración de esta comunidad.
Esta segunda prueba es aún más concreta. El informe policial señala que en la embarcación de recreo de la trama, de nombre Parapipi, fondeada en el puerto deportivo de Altea, la policía requisó un ordenador portátil. Al analizar su disco duro encontraron un archivo con el nombre "cuentasmilano".
El documento era en realidad un folio manuscrito y escaneado donde aparecía una relación de personas a las que se adjuntaban unas cantidades y una ropa determinada. Se trata, según la policía, de todas las prendas supuestamente regaladas al presidente valenciano y a alguno de sus colaboradores. En la lista están Álvaro Pérez (jefe de Orange Market), Pablo Crespo (número dos de la trama de Correa), Camps, Betoret, Costa y Pedro García. A cada uno de ellos se le asignan diversas prendas, trajes, pantalones o chaquetas, cada una de ellas con su precio. El documento manuscrito incluye con detalle cada una de las piezas que supuestamente se regalaron a los políticos.
En su nuevo análisis, los investigadores se remiten a sus informes anteriores, donde figuran declaraciones de los distintos empleados de los establecimientos, documentación sobre los pedidos y las ventas de las tiendas de ropa, así como correos electrónicos entre el personal, y pinchazos telefónicos. A esta acumulación de indicios, el informe añade el documento hallado en el Parapipi y los correos electrónicos.
En el relato policial se detalla cómo las cantidades que figuran en los distintos documentos imputadas a los dirigentes valencianos del PP han sido abonadas mediante transferencias bancarias y cheques librados por tres empresas de la trama corrupta: Diseño Asimétrico, Servimadrid Integral y Orange Market. Las cantidades, coincidirían en parte, según la policía, con las anotadas en el folio manuscrito y escaneado que se había guardado en el disco duro de un portátil encontrado en el barco Parapipi.
Camps insiste en su inocencia y asegura que pagó los trajes en metálico con el dinero de la farmacia de su mujer, y lo hizo en la tienda. El diario Levante publicó el pasado sábado que Camps estaba en Valencia, según su agenda oficial, los días de enero y febrero de 2007 en que supuestamente debía estar en Madrid pagando los trajes. La Generalitat contestó que el presidente viaja a Madrid con frecuencia fuera de la agenda oficial y que podría haber estado en las dos ciudades en el mismo día, dado que la distancia es relativamente corta.