Las autoridades están preocupadas por los al menos 10 millones de viajeros que pasan unos seis meses en España
A los gestores sanitarios no les preocupa tanto los 60 millones de turistas que vienen al año a España como la carga que suponen los al menos diez millones –aún no están cuantificados–, que tienen más de 65 años y que pueden considerase "consumidores sociosanitarios" por pasar medio año en este país.
Ante la llegada del verano, el Gabinete de Estudios del Consejo General de Enfermería ha analizado este fenómeno, popularmente conocido como turismo sanitario. Según los análisis de esta organización consultados por EFE, desde hace cinco años se detectan numerosos casos de personas que llegan a España como turistas pero que, en realidad, vienen a recibir asistencia sanitaria aprovechando el nivel de cobertura del Sistema Nacional de Salud.
Otro caso frecuente, es el de los extranjeros jubilados que solicitan la residencia en este país y, una vez obtenida esta condición, viaja de nuevo a su lugar de origen a someterse a una intervención que posteriormente tiene que pagar España. Las principales prestaciones sanitarias practicadas a este colectivo son la implantación de prótesis de cadera y los puentes coronarios.
Respecto al perfil del turista sanitario, abundan los jubilados, aunque figuran veraneantes de todas las edades. Con respecto a sus nacionalidades, hay una mayoría de británicos, alemanes y belgas. Todos ellos sacan provecho de la reglamentación europea, que permite a los ciudadanos miembros del bloque recibir tratamiento médico en cualquier país de la Unión Europea, y eligen España porque el acceso a la asistencia sanitaria es más fácil, al ser universal, gratuita e igualitaria.
En algunos países del norte de Europa los pacientes deben esperar meses antes de figurar en las listas de espera y aquí la media es de 45 días para una operación corriente. Además, las prótesis allí en ocasiones son de pago y aquí son gratuitas.
A los gestores sanitarios no les preocupa tanto los 60 millones de turistas que vienen al año a España como la carga que suponen los al menos diez millones –aún no están cuantificados–, que tienen más de 65 años y que pueden considerase "consumidores sociosanitarios" por pasar medio año en este país.
Ante la llegada del verano, el Gabinete de Estudios del Consejo General de Enfermería ha analizado este fenómeno, popularmente conocido como turismo sanitario. Según los análisis de esta organización consultados por EFE, desde hace cinco años se detectan numerosos casos de personas que llegan a España como turistas pero que, en realidad, vienen a recibir asistencia sanitaria aprovechando el nivel de cobertura del Sistema Nacional de Salud.
Otro caso frecuente, es el de los extranjeros jubilados que solicitan la residencia en este país y, una vez obtenida esta condición, viaja de nuevo a su lugar de origen a someterse a una intervención que posteriormente tiene que pagar España. Las principales prestaciones sanitarias practicadas a este colectivo son la implantación de prótesis de cadera y los puentes coronarios.
Respecto al perfil del turista sanitario, abundan los jubilados, aunque figuran veraneantes de todas las edades. Con respecto a sus nacionalidades, hay una mayoría de británicos, alemanes y belgas. Todos ellos sacan provecho de la reglamentación europea, que permite a los ciudadanos miembros del bloque recibir tratamiento médico en cualquier país de la Unión Europea, y eligen España porque el acceso a la asistencia sanitaria es más fácil, al ser universal, gratuita e igualitaria.
En algunos países del norte de Europa los pacientes deben esperar meses antes de figurar en las listas de espera y aquí la media es de 45 días para una operación corriente. Además, las prótesis allí en ocasiones son de pago y aquí son gratuitas.