Recio aprieta los dientes
Su intensidad y su movilidad en los entrenamientos lo convierten para los técnicos en un recambio de garantías.
El malagueño vuelve a sentirse feliz en casa y exhibe la confianza en su juego que inicialmente tuvo con Pellegrini.
Hace casi dos años, el 27 de noviembre de 2012, los dirigentes del Málaga –y en particular Manuel Pellegrini– asumieron que debía marcharse cedido, que no daba lo que se esperaba. Y él tampoco se sentía con confianza, abrumado por las dudas y descolocado en la plantilla. Aquella actuación en casa frente al Cacereño, en partido de Copa, dictó sentencia. «Ahora muerde», apuntan en la actualidad en el vestuario. Después de año y medio prestado en el Granada, donde ha sido titular indiscutible, Recio aprieta los dientes para hacerse un hueco en la alineación y cada día gana más protagonismo para el cuerpo técnico.
«Se ha conformado», fue el diagnóstico del cuerpo técnico malaguista cuando Recio, revelación en la temporada de la milagrosa salvación con Pellegrini –precisamente él marcó en San Mamés el gol de la permanencia matemática–, se reincorporó tras participar en el Mundial sub-20. Algunas actitudes extradeportivas también disgustaron sobremanera al entrenador, más allá de que la competencia se hubiera disparado.
Antes de la salida de Apoño
Esa temporada Recio se vio relegado a la grada hasta que en los albores del mercado invernal, en la víspera del partido en casa contra el Atlético de Madrid, un viernes, Pellegrini le dijo que se olvidara de la cesión, que contaba con él. Al día siguiente la última salida de pata de banco de Apoño acabó con este fuera del club y, de paso, le allanó el terreno al joven jugador. Pero ya nunca el técnico vio a Recio con los mismos ojos... Ni siquiera cuando al verano siguiente se marcharon Cazorla y Maresca.
«Tiene que aprender a sufrir», esgrimían en el club sobre Recio durante la temporada de la Champions. El malagueño deambulaba por el campo y estaba más certero con los brazos (impartiendo consignas a sus compañeros) que con los pies. Se le veía agarrotado, sin ideas, sin sitio. Fue cuando el jugador entendió que debía irse. El Granada, a un paso de casa, le abrió las puertas. Y allí recuperó la felicidad. Lucas Alcaraz le otorgó un enorme protagonismo desde el primer día –fue así durante seis meses– y se lo renovó la temporada siguiente (es decir, la anterior). El granadino blindó al equipo con un trío eficaz y equilibrado en el centro del campo en el que Recio y un futbolista bien conocido por Javi Gracia, Fran Rico (al que el navarro descubrió en el Pontevedra), disfrutaron de más libertad de movimientos gracias a Iturra.
Reunión con Husillos
El pasado junio Recio fue claro como el agua con el director deportivo malaguista, Mario Armando Husillos. Y este no se quedó atrás. De aquella reunión salió el compromiso del dirigente de que iba a ser uno más, con todas las de la ley, y del jugador de que nadie de su entorno iba a enredar con flirteos con el presidente del Granada, Quique Pina. El centrocampista llegó muy fino a la pretemporada, evidentemente más maduro, y dispuesto a plantar batalla. Algunos de sus compañeros no dudaron en admitirlo. Esa actitud no ha variado un ápice pese a que la titularidad de Camacho y Sergi Darder se antoja indiscutible en este comienzo liguero. Además, tiene bien asumido que no puede descuidarse porque Juanpi también aprieta de lo lindo.
Lejos de bajar los brazos, Recio ha asumido su rol y ha recuperado (al menos en el Málaga) aquella intensidad en los entrenamientos con la que deslumbró a Pellegrini y también la movilidad que le permitía asociarse con gran facilidad. Y si está a un alto nivel en estos dos aspectos y encima se ve con confianza (con la propia y con la del entrenador) es más fácil ocultar esa décima de segundo que siempre le ha faltado para ser más rápido en sus acciones. Definitivamente el malagueño ha apretado los dientes. Gracia sabe que es una alternativa de garantías (como le demostró en Córdoba) y el jugador vuelve a sentirse feliz en su casa y con los suyos.
http://malagacf.diariosur.es/noticias/201411/17/recio-aprieta-dientes-20141117002724.html
Su intensidad y su movilidad en los entrenamientos lo convierten para los técnicos en un recambio de garantías.
El malagueño vuelve a sentirse feliz en casa y exhibe la confianza en su juego que inicialmente tuvo con Pellegrini.
Hace casi dos años, el 27 de noviembre de 2012, los dirigentes del Málaga –y en particular Manuel Pellegrini– asumieron que debía marcharse cedido, que no daba lo que se esperaba. Y él tampoco se sentía con confianza, abrumado por las dudas y descolocado en la plantilla. Aquella actuación en casa frente al Cacereño, en partido de Copa, dictó sentencia. «Ahora muerde», apuntan en la actualidad en el vestuario. Después de año y medio prestado en el Granada, donde ha sido titular indiscutible, Recio aprieta los dientes para hacerse un hueco en la alineación y cada día gana más protagonismo para el cuerpo técnico.
«Se ha conformado», fue el diagnóstico del cuerpo técnico malaguista cuando Recio, revelación en la temporada de la milagrosa salvación con Pellegrini –precisamente él marcó en San Mamés el gol de la permanencia matemática–, se reincorporó tras participar en el Mundial sub-20. Algunas actitudes extradeportivas también disgustaron sobremanera al entrenador, más allá de que la competencia se hubiera disparado.
Antes de la salida de Apoño
Esa temporada Recio se vio relegado a la grada hasta que en los albores del mercado invernal, en la víspera del partido en casa contra el Atlético de Madrid, un viernes, Pellegrini le dijo que se olvidara de la cesión, que contaba con él. Al día siguiente la última salida de pata de banco de Apoño acabó con este fuera del club y, de paso, le allanó el terreno al joven jugador. Pero ya nunca el técnico vio a Recio con los mismos ojos... Ni siquiera cuando al verano siguiente se marcharon Cazorla y Maresca.
«Tiene que aprender a sufrir», esgrimían en el club sobre Recio durante la temporada de la Champions. El malagueño deambulaba por el campo y estaba más certero con los brazos (impartiendo consignas a sus compañeros) que con los pies. Se le veía agarrotado, sin ideas, sin sitio. Fue cuando el jugador entendió que debía irse. El Granada, a un paso de casa, le abrió las puertas. Y allí recuperó la felicidad. Lucas Alcaraz le otorgó un enorme protagonismo desde el primer día –fue así durante seis meses– y se lo renovó la temporada siguiente (es decir, la anterior). El granadino blindó al equipo con un trío eficaz y equilibrado en el centro del campo en el que Recio y un futbolista bien conocido por Javi Gracia, Fran Rico (al que el navarro descubrió en el Pontevedra), disfrutaron de más libertad de movimientos gracias a Iturra.
Reunión con Husillos
El pasado junio Recio fue claro como el agua con el director deportivo malaguista, Mario Armando Husillos. Y este no se quedó atrás. De aquella reunión salió el compromiso del dirigente de que iba a ser uno más, con todas las de la ley, y del jugador de que nadie de su entorno iba a enredar con flirteos con el presidente del Granada, Quique Pina. El centrocampista llegó muy fino a la pretemporada, evidentemente más maduro, y dispuesto a plantar batalla. Algunos de sus compañeros no dudaron en admitirlo. Esa actitud no ha variado un ápice pese a que la titularidad de Camacho y Sergi Darder se antoja indiscutible en este comienzo liguero. Además, tiene bien asumido que no puede descuidarse porque Juanpi también aprieta de lo lindo.
Lejos de bajar los brazos, Recio ha asumido su rol y ha recuperado (al menos en el Málaga) aquella intensidad en los entrenamientos con la que deslumbró a Pellegrini y también la movilidad que le permitía asociarse con gran facilidad. Y si está a un alto nivel en estos dos aspectos y encima se ve con confianza (con la propia y con la del entrenador) es más fácil ocultar esa décima de segundo que siempre le ha faltado para ser más rápido en sus acciones. Definitivamente el malagueño ha apretado los dientes. Gracia sabe que es una alternativa de garantías (como le demostró en Córdoba) y el jugador vuelve a sentirse feliz en su casa y con los suyos.
http://malagacf.diariosur.es/noticias/201411/17/recio-aprieta-dientes-20141117002724.html