La Justicia ve «indicios suficientes» para que Messi se siente en el banquillo
Leo Messi sigue de vacaciones, al igual que Mascherano, Neymar y Alves. Son los cuatro que compitieron en el último fin de semana del Mundial, motivo por el que tienen permiso para descansar hasta el 4 de agosto. Son las ausencias en el ‘stage’ de una semana que inició este lunes el nuevo Barça de Luis Enrique en las extraordinarias instalaciones de la Federación Inglesa cerca de Birmingham. La noticia podría haber sido esa. O el primer día de Claudio Bravo, el portero chileno que se ha incorporado 48 horas después de los internacionales españoles, los primeros en decir adiós al sueño de Brasil.
Quizás podría hablarse del colombiano Cuadrado, objetivo con permiso de Alves, con un año de contrato todavía. Sin embargo, Messi es mucho Messi y acapara el protagonismo azulgrana hasta con chanclas desde su retiro, sólo interrumpido hace unos días para asistir al homenaje a Deco en Oporto. Su conflicto con Hacienda no se ha acabado pese a los intentos a la desesperada de su entorno por enterrarlo a base de pagar compensaciones tributarias y multas por importes astronómicos. El ‘10’ está seriamente amenazado de tener que ir a declarar a un juicio oral por tres presuntos delitos fiscales.
Eso es lo que ha comunicado el juez de Gavà (Barcelona) que lleva el caso, avanzando que ha decidido no exonerar a Messi, rechazando la petición de la Fiscalía, que pidió que se archivara la causa contra el jugador por su desconocimiento del aparato burocrático que le rodeaba y solicitó que se mantuviera la de su padre. Hacienda, que quería seguir con el proceso contra el argentino, se sale con la suya, de momento, porque las dos partes tienen ahora diez días para solicitar la apertura del juicio oral o el sobreseimiento de la causa.
A Leo Messi y su padre, Jorge, se les investiga por tres presuntos delitos contra la Hacienda Pública cometidos entre 2007 y 2009 y vinculados con los ingresos por explotación comercial de los derechos de imagen del jugador. Podrían haber defraudado más de cuatro millones de euros.
En su escrito, el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Gavà entiende que es «irrelevante» que Messi y su padre hayan entregado ya judicialmente cinco millones para cubrir las cantidades supuestamente defraudadas. Y alega que «existen indicios suficientes» de que el goleador del Barça podría haber «conocido y consentido la creación y mantenimiento de una estructura societaria ficticia», motivo suficiente para ser imputado aunque «no tenga pleno conocimiento de todas las operaciones contables ni de la cuantía de lo defraudado». Se basa en que Leo firmó todos los documentos «y pudo leer algunos contratos aunque fuera sus encabezamientos».
Tras ser admirado y alabado mundialmente en los últimos años por su rendimiento deportivo, a Messi le toca ahora vivir la otra cara del fútbol tanto por su discutible momento físico desde su última lesión como por sus problemas con Hacienda. Llegar a la final del Mundial tras un buen inicio del campeonato no le ha bastado para recuperar la alegría. Ser nombrado Balón de Oro del Mundial por la FIFA en contra de la opinión de la mayoría no le ayudó. Luis Enrique tiene el reto a partir de la próxima semana de recuperar al mejor Messi.
Al talego con los defraudadores
Leo Messi sigue de vacaciones, al igual que Mascherano, Neymar y Alves. Son los cuatro que compitieron en el último fin de semana del Mundial, motivo por el que tienen permiso para descansar hasta el 4 de agosto. Son las ausencias en el ‘stage’ de una semana que inició este lunes el nuevo Barça de Luis Enrique en las extraordinarias instalaciones de la Federación Inglesa cerca de Birmingham. La noticia podría haber sido esa. O el primer día de Claudio Bravo, el portero chileno que se ha incorporado 48 horas después de los internacionales españoles, los primeros en decir adiós al sueño de Brasil.
Quizás podría hablarse del colombiano Cuadrado, objetivo con permiso de Alves, con un año de contrato todavía. Sin embargo, Messi es mucho Messi y acapara el protagonismo azulgrana hasta con chanclas desde su retiro, sólo interrumpido hace unos días para asistir al homenaje a Deco en Oporto. Su conflicto con Hacienda no se ha acabado pese a los intentos a la desesperada de su entorno por enterrarlo a base de pagar compensaciones tributarias y multas por importes astronómicos. El ‘10’ está seriamente amenazado de tener que ir a declarar a un juicio oral por tres presuntos delitos fiscales.
Eso es lo que ha comunicado el juez de Gavà (Barcelona) que lleva el caso, avanzando que ha decidido no exonerar a Messi, rechazando la petición de la Fiscalía, que pidió que se archivara la causa contra el jugador por su desconocimiento del aparato burocrático que le rodeaba y solicitó que se mantuviera la de su padre. Hacienda, que quería seguir con el proceso contra el argentino, se sale con la suya, de momento, porque las dos partes tienen ahora diez días para solicitar la apertura del juicio oral o el sobreseimiento de la causa.
A Leo Messi y su padre, Jorge, se les investiga por tres presuntos delitos contra la Hacienda Pública cometidos entre 2007 y 2009 y vinculados con los ingresos por explotación comercial de los derechos de imagen del jugador. Podrían haber defraudado más de cuatro millones de euros.
En su escrito, el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Gavà entiende que es «irrelevante» que Messi y su padre hayan entregado ya judicialmente cinco millones para cubrir las cantidades supuestamente defraudadas. Y alega que «existen indicios suficientes» de que el goleador del Barça podría haber «conocido y consentido la creación y mantenimiento de una estructura societaria ficticia», motivo suficiente para ser imputado aunque «no tenga pleno conocimiento de todas las operaciones contables ni de la cuantía de lo defraudado». Se basa en que Leo firmó todos los documentos «y pudo leer algunos contratos aunque fuera sus encabezamientos».
Tras ser admirado y alabado mundialmente en los últimos años por su rendimiento deportivo, a Messi le toca ahora vivir la otra cara del fútbol tanto por su discutible momento físico desde su última lesión como por sus problemas con Hacienda. Llegar a la final del Mundial tras un buen inicio del campeonato no le ha bastado para recuperar la alegría. Ser nombrado Balón de Oro del Mundial por la FIFA en contra de la opinión de la mayoría no le ayudó. Luis Enrique tiene el reto a partir de la próxima semana de recuperar al mejor Messi.
Al talego con los defraudadores