La plantilla malaguista sabe de sobra que sus aspiraciones para continuar una temporada más en la máxima categoría del fútbol español pasa por hacer de La Rosaleda un fortín y ceder la menor cantidad de puntos posibles en su feudo. Y es que, tras los muros de Martiricos aún restan por jugarse un total de ocho encuentros (Real Sociedad, Valladolid, Real Madrid, Espanyol, Granada, Villarreal, Elche y Levante), que suman un total de 24 puntos en juego, una cantidad por la que pasa el ser o no ser del conjunto blanquiazul en la élite del fútbol español.
Y es que, visto lo visto hasta la fecha, todo lo que no sea sumar de tres en tres como local para los de Schuster supone un paso atrás en la carrera por la salvación. Tras 23 jornadas disputadas, el Málaga ha jugado 11 partidos en casa con un balance de cinco victorias, un empate y cinco derrotas para conseguir 16 puntos; una cifra que dobla el botín conseguido lejos de Martiricos, que asciende a sólo 8 puntos.
Por ello, en el seno del vestuario saben lo fundamental que resulta jugar en casa en una Liga tan apretada. La Rosaleda, pese a que los números actuales del Málaga no sean de escándalo, es un estadio muy incomodo para los rivales y Bernd Schuster quiere que su equipo sea más regular en casa, donde en la primera vuelta se le escaparon puntos que al final de Liga pueden resultar fundamentales.
Los ocho partidos que restan como local al Málaga ya tienen tratamiento de «final» para la plantilla y la afición, que como siempre responderá. Pero entre todos, destacan los enfrentamientos ante el Valladolid, en la jornada 26; Granada, en la 32 y Elche, en la jornada 36, los tres equipos rivales directos del Málaga en la lucha por eludir el descenso y que serán clave en el devenir de unos y otros en el campeonato.
No hay que eludir que a día de hoy, a excepción del Real Betis –a 10 puntos de la salvación– la permanencia está en un pañuelo. Hasta 10 equipos hay inmersos en la «guerra» por permanecer en Primera y cualquier traspiés en casa puede ser mortal. Una razón más para priorizar los encuentros que se jueguen en Martiricos.
No obstante, todo apunta a que esta temporada la salvación estará más «barata» que en otras campañas. La situación del Betis y la igualdad del resto de equipos hace que previsiblemente no se vaya a tener que alcanzar los 42 puntos que suelen marcar la permanencia. Y en estos lodos el Málaga se mueve a la perfección. Sin ir más lejos, en la temporada 2009/2010, la última de Juan Ramón Muñiz en el banquillo blanquiazul, el conjunto malaguista logró la permanencia con 37 puntos.