El inicio de la década de los años noventa había sido durísimo para el fútbol malacitano y su máximo exponente a nivel nacional, el C.D. Málaga, víctima de una nefasta administración desaparecía en el verano de 1992 dejando huérfanos a los aficionados locales de un club histórico que tantos éxitos había cosechado. La solución inmediata a tan gran desastre se encontró en casa, potenciándose un Club Atlético Malagueño que en la temporada 1992-93 se proclamó campeón del Grupo IX de Tercera División ascendiendo a una Segunda División B donde en la campaña 1993-94 lamentablemente no se dio la talla y que terminó regresando al pozo del cuarto nivel nacional.
El batacazo malacista fue considerable y concluido el torneo era necesario revitalizar el club para volver a empezar con buen pie. Dos empresarios, Federico Beltrán y Fernando Puche, inyectaron dinero en la entidad blanquiazul y antes de empezar la temporada 1994-95, el antiguo Club Atlético Malagueño era transformado en Málaga C.F. SAD. No había que perder tiempo y con una nueva estructura, se depositó toda la confianza deportiva en manos del técnico Antonio Fernández Benítez “Antonio Benítez” quien, con buen acierto, rescató para la plantilla a antiguos jugadores del desaparecido C.D. Málaga como Angelo y Añón que reforzaron más si cabe una nómina de jóvenes promesas que se habían formado en el club.
El Grupo IX de Tercera División, formado por clubs de las provincias andaluzas de Almería, Granada, Jaén y Málaga, más la ciudad autónoma de Melilla, contó durante la incipiente temporada 1994-95 con veintiún participantes, aunque la diferencia cualitativa entre los teóricamente aspirantes al título y los menos favorecidos era notable. De entre todos ellos el Málaga C.F. era desde el principio el gran favorito, pero una cosa es la teoría y otra bien diferente, la práctica.
Para acometer el torneo y optar al título o como mínimo a una de las cuatro primeras plazas que dan opción a disputar la Promoción, el técnico malagueño se rodeó de una basta plantilla donde figuraban jugadores como Burgos, Dani, Ángelo, Añón, Bravo, Iván, Juanma, León, Ríos, Santi Verdú, Victoriano, Richard, Moreno, Maulichi, Guillermo, Armando, Álex, Basti, Kiko Aranda, Pineda, Sergio, Carmona, Servia y Toño que, como se desprende de los resultados, realizaron un trabajo extraordinario.
El campeonato de Liga tuvo la emoción de ver en la parte de arriba a dos clubs debatiéndose por el liderato como el Málaga C.F. y el marbellí C.D. San Pedro, pero a medida que fueron pasando las jornadas, pronto se supo que el rival a batir era el conjunto blanquiazul y que sus jugadores iban a vender muy cara la derrota sobre el terreno de juego. Finalizada la primera vuelta, los muchachos de Antonio Benítez se encaramaron en lo más alto permaneciendo invictos, un éxito que reforzó su moral de forma contundente de cara a la segunda vuelta donde mantuvieron su estatus y remataron el trabajo consiguiendo el objetivo del título de forma brillante con treinta y una victorias y nueve empates, además de anotar noventa y nueve tantos a favor por trece en contra.
Por el camino los malagueños no tuvieron piedad con algunos de sus rivales y entre sus víctimas quedaron el Atlético Estación, quien recibió un doloroso 9-0 y la P.D. Garrucha, quien se llevó nada más y nada menos que un severísimo 14-0. En cuanto a los goleadores, el Málaga C.F. estuvo muy bien representado con el acierto de Kiko Aranda con veinticinco goles, Basti con diecinueve y Toño, con dieciséis.
Conseguido el título de campeón de Liga, la Promoción se convirtió en el verdadero objetivo de los blanquiazules. El grupo resultante -por entonces el sistema adjudicaba el ascenso a categoría superior al primero de cada uno de los grupos asignados por razones geográficas-, determinó como rivales a C.D. Isla Cristina, Jerez C.F. y Puertollano Industrial C.F., siendo las expectativas a priori positivas a juzgar por la entidad de los tres clubs. Sin embargo el desarrollo de esta fase no fue en absoluto fácil y el C.D. Isla Cristina estuvo a una gran altura, presentando una gran batalla a los blanquiazules, sobre todo después de vencerles en la localidad onubense por 2-0. Gracias a un empate de los gualdiazules en Puertollano, el único punto que cosecharon los manchegos, el Malaga C.F. pudo cantar el alirón y ascender a una Segunda División B que se le había puesto muy complicada.