Jesús Gámez y Monreal se están mostrando como la pareja de laterales más incisiva y compenetrada del arranque de la competición · Recios en defensa, su despliegue ofensivo ilumina el libreto de Pellegrini
Del mismo modo que se asegura que pocos equipos en esta Liga están actualmente al nivel del Málaga, muchos de sus jugadores están descollando a título individual. Ahí está el nombre de Isco ondeando por Europa, la puntería afilada con la que ha llegado Saviola, el rendimiento multitarea de Toulalan, el cerrojo que ha echado Caballero a su puerta. Sin embargo, algo más desapercibido una pareja que parece no tener parangón ahora mismo en la competición española: Jesús Gámez y Monreal.
Ellos ayudan a sublimar el manual de estilo de Pellegrini. Ellos, que tejieron dos de las ocasiones más peligrosas del Málaga el pasado domingo en San Mamés. Hasta tres veces probó el disparo a puerta el navarro (dos de ellas con la derecha), el fuengiroleño rozó el tanto en una buena parada con rectificado del debutante Raúl.
Son dos de esos laterales modernos. Que parten de la premisa básica, defender, es su principal misión. Pero además le dan otra dimensión a su fútbol con un gran despliegue ofensivo y físico. En un esquema donde los creadores se aglutinan por el centro, las bandas quedan destinadas al factor sorpresa. Ellos no solo asumen ese rol, sino que lo están sabiendo ejecutar a la perfección.
Todo es interpretable, si bien ahí se registran los méritos de ambos en lo que se lleva de campaña. Jesús Gámez es a día de hoy el mejor lateral derecho de la Champions. Así se valoró tras su excelente primera parte contra el Zenit, que adornó con un pase de estilete para que Saviola hiciera el 2-0. A diferencia de otras temporadas, físicamente no le ha acostado arrancar, no han aparecido esas tendinitis que le atormentaban cada vez que regresaba al trabajo duro. Dicen sus más allegados que ya quedan atrás los malos ratos por la retirada del brazalete de capitán, que haber contraído matrimonio este verano le ha sentado de fábula.
Monreal ha provocado muchas dudas en estas semanas. En el Valencia, que llegó a ofertas seis millones por él. En el Athletic, que aún medita si hacer un esfuerzo extraordinario por sus servicios o distribuir la inversión entre deudas y cantera. Hasta en Vicente del Bosque, que lo descartó para la pasada Eurocopa pero lo recuperó inmediatamente con su gran nivel desde los primeros amistosos de la pretemporada.
El ideal de proyección defensiva de un lateral en los últimos años necesitaría un híbrido de Real Madrid y Barcelona. Marcelo, el izquierdo, y Dani Alves, el derecho. Samba por la banda. Sus parejas no van a su ritmo. A Arbeloa le cuesta el ataque, Jordi parece estar acusando un verano sin descanso.
Ahí queda el por ahora gran estreno de Cicinho (Sevilla), Roberto Lago (Celta) o Rukavina (Valladolid) y el buen hacer de los ya conocidos Juanfran (Atlético de Madrid), Casado (Rayo) o Siqueira (Granada). Sin embargo, funcionado de manera tan engrasada como los blanquiazules, por ahora seguramente no haya comparación.
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