Se cumplen hoy dos años del desembarco oficial del jeque en el Málaga, tiempo en el que el club ha experimentado un enorme salto · Comienza su tercera temporada con grandes expectativas
El 25 de junio de 2010 se oficializó un antes y un después en la historia del Málaga Club de Fútbol. Sobre el mismo césped de La Rosaleda se escenificaba el cambio de poderes. De Fernando Sanz al jeque Abdullah bin Nasser Al-Thani. Una rueda de prensa de una hora sirvió para tomar conciencia de que una nueva era había llegado a Martiricos. Han pasado dos años.
De manera sucinta, las dos campañas se resumen deportivamente en un salto inimaginable. De salvarse de manera agónica en la última jornada ante el Real Madrid a jugar la próxima temporada en la Champions League. Por medio, numerosos avatares, éxitos y algún sinsabor. Hay muchas más luces que sombras. Es el mejor Málaga de la historia, la mejor plantilla, jamás ha habido unas expectativas similares a las que ahora se divisan. Del proceso concursal, la economía de guerra que casi estranguló al club a una prosperidad no conocida. Fichajes rimbombantes, nombres jamás pensados (Pellegrini, Van Nistelrooy, Cazorla o Joaquín) vestidos de blanquiazul.
Hay matices mejorables, obviamente. No es normal que en dos años hayan desfilado tantos directivos y responsables en distintas áreas que no se han consolidado. El último nombre, el de Fernando Hierro. Se ha hablado mucho de la particular idiosincrasia de los propietarios a la hora de dirigir, sus tiempos particulares. Abdullah Ghubn, el brazo ejecutor del jeque, reconoció en su populista rueda de prensa que enardeció al malaguismo hace un mes que se habían hecho cosas mal y que había que corregirlas. Agilizar el funcionamiento económico de la entidad es uno de los deberes fundamentales. El dinero existe, ha quedado probado repetidamente. La reciente polémica con el cambio de escudo, ahora paralizado, también ha generado debates, como el cambio del pantalón azul al blanco anterior. En fin, síntomas de un club vivo, que aumenta su masa social al calor de los éxitos. La percepción es que lo mejor aún está por llegar. La era Al-Thani vive desde hoy su tercer año.
Llegada: Fernando Sanz cedió el poder por 36 millones de euros
El Málaga vivía épocas de muy serias penurias económicas. Con el equipo en Segunda, Fernando Sanz compró con el respaldo familiar el club. Existieron conversaciones muy adelantadas en 2007 para la venta a un grupo empresarial mexicano que no fructificaron. El trabajo de Sanz y Muñiz como entrenador fue reconocido con el tiempo por el malaguismo, pero el techo del club parecía casi alcanzado. "Es un día histórico para Málaga. Mi sueño era que el club mejorase y, tras venir de una época de penuria, ahora contamos con una persona relevante que hará que el futuro del Málaga sea más grande", fueron las proféticas palabras de Sanz al presentar la llegada de Al-Thani, que, según se informaba aquel día, abonaba 36 millones de euros (14 correspondían a deudas contraídas). Varios viajes del madrileño a Catar, numerosas reuniones, intermediarios variados... Tras algo más de un mes de especulaciones, Al-Thani se hacía carne en La Rosaleda, donde, a través de Abdullah Ghubn, transmitía los propósitos: "Tenemos dos planes, un plan A para la próxima temporada, que es prepararnos a corto plazo, y un plan B, más a largo plazo, que es mejorar los fundamentos del club para tratar de desarrollar nuestros jóvenes talentos, comunicarnos bien con los aficionados, la ciudad y el fútbol español. Nuestra prioridad es poner al Málaga en la mejor posición posible y llevarlo lejos. Queremos consolidar al equipo y hacer luego un gran proyecto. El próximo [por éste que acabó] año se intentará mejorar lo del año pasado. No se harán locuras, no diremos que vamos a ganar la Liga. Hay que ir paso a paso para estar cada vez en posiciones más altas".
Ciertamente, las expectativas se han cumplido, si no superado. Resultó fallida la contratación de Jesualdo Ferreira para el banquillo, pero se enmendó con Manuel Pellegrini. "No somos de fútbol y hay que ir con cuidado y conociendo este mundo", advertía Ghubn entonces. Ese día de la presentación España jugaba precisamente un partido del Mundial ante Chile. Casi nadie podía imaginar entonces que el Málaga tuviera un jugador de la que semanas después se consagrara como la mejor selección del mundo (Cazorla), ni que jugara Van Nistelrooy o Joaquín, que brotara una semilla como la de Isco, ni que se jugara la Champions... ni tantas y tantas cosas.
Inversión: 150 millones para mejorar el club, casi 80 en traspasos
Fuentes del Málaga aseguran que la inversión de Al-Thani al frente del club supera los 150 millones de euros. Dinero invertido en hacer crecer al club en todas sus vertientes. Aunque aún queden detalles por perfilar, se ha crecido de manera ostensible estructuralmente, falta optimizarla. Lo más rimbombante y llamativo es la cantidad de dinero invertida en fichajes. Así hasta casi 80 millones de euros.
La inversión ha venido en tres grandes descargas. 13.4 millones fueron empleados de entrada. Sebastián Fernández (3,6), Rondón (3,5), Sandro Silva (2,2), Kris (2), Galatto (1,2), Malagueño (0,9 millones de euros) o Quincy, que llegó cedido, conformaron el primer retén de fichajes, que se complementó después con Buonanotte (4,5), Baptista (2,5), Camacho (1,5) y Maresca, que vino gratis, en el mercado de invierno por la pobre marcha del equipo. Llegaron la cesiones de Demichelis y de Asenjo. La lesión del cancerbero atlético trajo a Caballero, por el que se pagó un millón de euros. 9.5 millones más, a los que habría que añadir el coste de la destitución de todo el equipo de Jesualdo Ferreira y la contratación de Manuel Pellegrini, con el que se consiguió salvar la categoría y poner las bases de un estilo de juego que cuajó durante la temporada siguiente.
El salto de calidad se dio el pasado verano, con 55 millones más para redondear un proyecto sumamente atractivo. Cazorla, Toulalan, Isco, Monreal, la compra de Demichelis, Joaquín, Mathijsen, Van Nistelrooy... Nombres de máximo nivel más la bendita locura de pagar seis millones de euros por un jugador con apenas un puñado de minutos en la élite, como Isco, que ha resultado una bicoca.
Queda la faena de ver qué se hace para hacer crecer al equipo. Sube el nivel, sube la exigencia con las tres competiciones. Y cada vez es más difícil, y caro, mejorar una plantilla de campanillas. Al mes de acabar la Liga aún no hay fichajes.
Organización: El reto de una estructura sólida y encontrar los responsables
El dinero de familias potentadas de Oriente Medio y otros puntos del globo ha irrumpido con fuerza en el fútbol europeo, fuente de riqueza (también ruina) y distinción. Ha habido experimentos fallidos, véase el Racing de Santander. Pero también clubes como el Manchester City, reciente campeón de la Premier League, o el París Saint Germain, poseído por familiares de Al-Thani, que han obtenido éxitos deportivos a costa de cuantiosas inversiones.
La entrada del jeque en el Málaga despertó recelos en el fútbol español. La primera oleada de inversión recayó sustancialmente fuera del fútbol nacional, pero la segunda irrumpió con fuerza aquí, en España, con los fichajes de Cazorla, Joaquín, Monreal o Isco, todos ellos de órbita de selección española. Los impagos de ciertas cantidades, algo cotidiano en el fútbol español, han propiciado varias andanadas y amago de denuncias, desde Valencia, Villarreal o Pamplona. También desde el Hamburgo por cantidades adeudadas por Mathijsen.
Fue una de las razones de la salida de Fernando Hierro, que no la única o principal. La falta de sintonía con Abdullah Ghubn fue capital. Ciertamente, ha sido uno de los problemas, la falta de una cabeza visible aquí con poder y autonomía, aunque la figura de José Carlos Pérez, tristemente fallecido, tapara agujeros. Ghubn se ha ausentado mucho tiempo de Málaga. Dejó caer que por algún problema de salud.
Pasó Yasmin Al Shaoud, frustrada directora general. Fernando Sanz estuvo el primer año de consejero/asesor, pero su menguante poder hizo que acabara marchándose. Ahora se marchó Fernando Ruiz Hierro, Antonio Fernández tiene momentos de mando y poca voz. Ghubn es el hilo conductor de este proyecto, el que toma decisiones, sin cuyo consentimiento no se mueve nada en el club. El acto de contrición de Ghubn en la rueda de prensa indica, al menos, que hay conciencia de que se debe mejorar para no aumentar recelos y suspicacias. Aunque el Málaga esté más al día en pagos que la inmensa mayoría del fútbol español.
Perspectivas: Un futuro halagüeño con margen deportivo e institucional
El futuro de Málaga es halagüeño. Al jeque se le vio disfrutar y participar de manera activa en los festejos por la clasificación para la Liga de Campeones. Quizá es la mejor señal. El halo de misticismo que envuelve a Al- Thani desapareció algo al vérsele emocionado recibir el cariño del malaguismo, que le adora como su mesías venido desde Oriente. Llegó con la intención de establecerse y expandir sus redes no sólo de manera deportiva, sino también comercial, con el puerto de Marbella, donde tiene su residencia cuando viene a España. Un asunto serio es la sintonía con las instituciones, buena en apariencia. Pero veladamente hay quejas porque no se agilizan los trámites para que la Academia, una de sus principales preocupaciones, se pueda construir.
"¿Y si creamos una superestrella en lugar de ficharla? Fichar a una superestrella es una filosofía contraria a lo que se pretende. Ese es un atajo fácil y caeríamos en el riesgo de comprometer la identidad del club. Nuestra vía es menos arriesgada. Se traerá a jugadores con talento siempre que vengan con compromiso y con buen criterio, pero queremos prestar especial atención a nuestros talentos", era la declaración de intenciones en aquella primera comparecencia.
El Málaga crecerá si lo hace la base. El reto que se plantea es apasionante. Quizá antes de las mejores previsiones (de 3 a 5 años) el equipo ya está en la Champions, apenas dos años después del desembarco catarí. Manuel Pellegrini parece el técnico ideal, satisface plenamente lo que quieren el jeque y Ghubn. El malaguismo crece en número de aficionados, también participa activamente, como esa reciente concesión con el asunto del escudo. Pero siempre se puede dar un paso, entendida la ambición no como una losa exigente que acabe siendo un problema. El futuro sonríe, pero hay que apuntalar la plantilla y crecer en varios ámbitos.
http://www.malagahoy.es/article/malagacf/1291946/althani/ano/iii.html