Los poderes fácticos del fútbol español lloran de pena: su Atlético de Madrid, pese a que hicieron casi lo imposible, con todo tipo de ayudas, no va a jugar la Champions League y el Málaga sí. ¡Gracias, Dios, por tu justicia! Málaga entera es una fiesta, la ciudad y la provincia han vivido una euforia blanquiazul sin precedentes, y pese a la asistencia de algún que otro gafe en el palco, se consiguió lo que jamás ni los más optimistas pensamos cuando comenzó la Liga: entramos en Europa por la puerta grande, sin depender de resultados extraños ni deberle favores a nadie. Al-Thani, emocionado, salió a saludar tímidamente al césped en medio de una ovación que creo que no se paga con millones y millones de euros. Ghubn, desde la lejanía, a buen seguro, lo celebraba emocionado, y los jugadores salieron a dar la vuelta al terreno de juego ante más de 30.000 personas que no se movían de sus asientos media hora después de que finalizara el encuentro ante el Sporting.
El partido fue lo de menos. La fiesta y lo alcanzado es lo importante. Es verdad que había que ganar, y se ganó, y para seguir con la tónica de toda la temporada se estrellaron balones en los palos y se perdonaron ocasiones clamorosas. ¿Qué pasará cuando el Málaga tenga más suerte o más ambición de gol?
La diferencia entre el Málaga y el Sporting fue abismal, casi la misma que hay en la clasificación. Los asturianos vendieron cara su derrota, aunque creo que ni ellos mismos pensaron nunca en que conseguirían el milagro. No se salvarían, pero un empate nos hubiera chafado la fiesta. Por eso al final el Málaga, que se quedó con uno menos, se echó atrás, y a más de uno se nos vinieron de golpe todas las malas fortunas cosechadas esta temporada de la mano de los poderes peloteros y mediáticos nacionales, indignados con la irrupción del Málaga entre los grandes. Eso es lo que hay. Atrás queda una semana de declaraciones de verdadera vergüenza deportiva, de auténtico despropósito. Los medios deportivos nacionales nos han tratado tan despectiva como irracionalmente, pero en La Rosaleda decenas de miles de malagueños alzaron su copa para brindar por el éxito. Estamos en Europa, en la Champions League. Había gente muy emocionada, incluso llorando..., toda Málaga estaba feliz. ¡Gracias, Al-Thani!, ¡Gracias, Ghubn! Málaga necesitaba ahora más que nunca una buena noticia, una ilusión colectiva, y esta llegó anoche en forma de pelota. Porque, ya lo avancé, el cielo es azul y blanco... Sin duda.
PEDRO LUIS GÓMEZ
http://malagacf.diariosur.es/noticias/2012-05-14/pues-cielo-azul-blanco-20120514.html