Posteado Vie 9 Mar 2012 - 13:45
El día después de la enésima derrota en los últimos meses no fue muy diferente en el seno del Unicaja. Aunque en la noche del miércoles pasaron cosas. El público apuntó, tras animar durante 40 minutos, al palco, a la pista, al cuerpo técnico, una vez se consumó la derrota ante el Lagun Aro. Chus Mateo por primera vez pidió públicamente que hacía falta alguien externo, un fichaje. Pudo entenderse por su tono apagado y de cierta resignación que ponía su cargo a disposición de la entidad por su mensaje en la sala de prensa. No fue así. Era su último grito, su último órdago para que en el club entendieran que hacía falta alguien para reactivar una situación doliente. También había sacado a Fitch fuera de la rotación previamente, entendía, como se venía escribiendo y opinando, que en los últimos partidos había sido nocivo para el equipo. Paradójicamente, el hombre fichado por petición expresa suya hace poco más de un año y que hizo una segunda vuelta de sombrero y levantó al equipo ahora es plomo en los pies.
En las altas esferas sentaron mal las palabras de Chus Mateo. Sonaron en esa parcela a una invitación a que se le echara porque no podía más, a una forma de desviar la atención. Ayer hubo conversaciones entre todas las partes y se aclararon conceptos. El presidente, Eduardo García, acompañado del consejero Óscar García Oltra y el director deportivo Manolo Rubia, conversaban tras el partido en el túnel de vestuarios con gesto lógico de crispación. Pero no había medidas.
Si algo ha mostrado Chus Mateo en este tiempo es que no es un técnico caprichoso. Si ha tenido que rectificar, véase Peric, lo ha hecho. Si ha tenido que decir no a un fichaje porque entonces no lo veía oportuno (primera lesión de Dardem), también. Pero esta vez sí, esta vez había pedido algo porque lo consideraba perentorio. Krunoslav Simon, el escolta del KK Zagreb, era el nombre puesto sobre el tapete desde hace tiempo. Concretamente, tras la derrota en casa ante el Blusens, Mateo ya diagnosticó que con los jugadores que había la solución era complicada. Era el 5 de febrero. A 8 de marzo, ocho partidos y siete derrotas después, no hay novedades. Entre medias, el gerente, Ángel Bordes, y el director deportivo, Manolo Rubia, cerraron un acuerdo con Arturo Ortega, agente de Simon en España, en Barcelona el sábado 18, día después de ser eliminado por el Banca Cívica en la Copa del Rey, para que el jugador croata viniera a Málaga por lo que quedaba de temporada y una más. Pero el Consejo consideró que no era oportuno su fichaje.
Si en noviembre era posible relevar a Darden y hoy no lo es cuando están fuera otra vez el norteamericano y Garbajosa y Fitch evidencia un pésimo estado de forma no es sólo por un asunto deportivo o una cabezonería. La crisis económica se recrudece, Unicaja está en un proceso de fusión que va a costar muchos cientos de puestos de trabajo y no se considera correcto hacer un esfuerzo y gastar miles de euros en el equipo de baloncesto, al que ya se provee de varios millones de euros anualmente. De ahí la ventana abierta que dejaba el presidente, Eduardo García, el pasado martes en la tertulia de Canal Sur. En forma de un nuevo patrocinador, algún acuerdo comercial, que apoyara en este tramo final de temporada. Como no se ha concretado, no se abre la hucha. El asunto es si esa coherencia que muestra hasta ahora el Consejo de Administración permanecerá si los resultados siguen sin llegar y hay que prescindir del entrenador. ¿Se ficharía entonces o no? Al menos de manera externa, el mensaje de paciencia y confianza permanece intacto, quizá esperando una revolución interna cuya espera se eterniza. Los brotes verdes en forma de Abrines y, en menor medida, Lima no han sido suficientes para el presente. En el futuro seguro que se valorará.
El actual Consejo ha acometido una limpieza interna grande, una reducción drástica del presupuesto que en el primer tercio de temporada se hizo llevadera por los grandes resultados del equipo. Seguramente a medio plazo se observen los resultados y se recuerde esta etapa como una extirpación necesaria de muelas. Pero ahora toca la otra cara, transitar una situación escabrosa que seguramente arrastrará a gente. Chus Mateo, por ejemplo, está ahora en una situación de debilidad. "Me parece perfecto que me piten a mí, mucho mejor que al equipo. Voy a hacerlo siempre. Si estuvimos a las maduras, ahora a las duras", decía ayer Eduardo García tras ver algunos pañuelos el miércoles., que insiste en que la confianza en el entrenador permanece y en que no se va a realizar incorporación alguna de manera inmediata. "Traes a alguien y en dos semanas vuelve Garbajosa y en tres Darden. ¿Qué haces entonces?", reflexionaba el presidente cajista.
Ayer hubo una nueva petición de técnico y dirección deportiva para fichar, pero el asunto es que no hay más hueco para indemnizaciones, ni para fichajes. El entrenador ya puso las cartas sobre la mesa públicamente, un mes después de hacerlo en privado. Gritó una necesidad deportiva que no es respaldada por un apoyo económico. Los resultados son en última instancia los jueces de la situación por más que previamente exista un respaldo amplio. El encuentro de este domingo ante un Estudiantes en caída libre pero con nuevo entrenador y dos americanos se presenta como un último plebiscito, como un momento crítico. Sería ya difícilmente digerible una derrota más. El objetivo vuelve a ser similar al del año pasado, jugar el play off vista la espiral de máxima negatividad. Sigue Mateo, pero no se ficha.