La prima de riesgo de Italia, que se mide con el diferencial entre el bono nacional a diez años y el alemán del mismo plazo, ha alcanzado hoy los 520 puntos básicos, superando así la barrera de los 500 puntos que en otros países como Portugal desencadenó el rescate económico por parte de la Unión Europea (UE). El rendimiento de los bonos italianos a 10 años se ha mantenido hoy en el 6,91 %, a menos de una décima de lo que los analistas llaman el punto de no retorno.
Los mercados económicos han recibido así la decisión del todavía primer ministro, Silvio Berlusconi, de presentar su dimisión después de que se aprueben las reformas económicas exigidas por la UE para reducir el déficit público. El jefe del Ejecutivo italiano se niega a abandonar el cargo con la intención de poder dirigir los ajustes, y solo planea su marcha tras aplicar los recortes, decisión que no ha calmado los mercados.
La barrera en torno a los 500 puntos básicos y el 7% de rentabilidad de los bonos a 10 años es el punto de no retorno que emplearon Grecia, Irlanda y Portugal para reclamar la ayuda financiera de sus socios de la Unión Europea y de Fondo Monetario Internacional. Cuando se sobrepasa este nivel, los títulos de deuda soberana del país en cuestión corren el riesgo de perder valor como garantía en el mercado interbancario y las cámaras de compensación -una especie de aseguradora entre prestamista y prestatario- pueden reclamar avales adicionales. A partir de ahí se desata una espiral que, en el caso de Grecia, Irlanda y Portugal, condujo al rescate financiero.
Esa temida cota es la que está rozando Italia. Pero el tamaño de Italia hace muy difícil que la zona euro pueda asumir el rescate. Para hacerse una idea, basta tener en cuenta dos datos: Roma tiene una deuda total de 1,8 billones y entre noviembre y marzo el Tesoro italiano tiene que refinanciar unos 200.000 millones. Más allá de las cifras, el problema de Italia ante los mercados es la falta de fiabilidad de un Gobierno que promete reformas y recortes que luego no acaba de cumplir.
La Bolsa de Milán cuyo índice selectivo, FTSE MIB, abrió hoy en positivo, caía un 3,26 % a las 09.30 GMT, lastrada por las grandes pérdidas de la gestora de loterías del Estado, Lottomatica, que cede un 9,31 %. En los últimos días, la posibilidad de que Berlusconi dimitiese había dado confianza al parqué milanés, que lo impulsó al alza, mientras la prima de riesgo se relajaba. Hoy, sin embargo, la desconfianza volvió a apoderarse de esos indicadores financieros.
Doce de los cuarenta títulos que forman el selectivo milanés fueron suspendidos por la autoridad del mercado por un exceso de bajada, entre ellos los principales bancos, como Unicredit e Intesa SanPaolo, y los activos relacionados con la familia Berlusconi, como el grupo audiovisual Mediaset, que bajaba un 7,5 %. La mayor pérdida la registraba la gestora de Loterías del Estado, Lottomatica, que en el momento de la suspensión cedía un 9,31 %. También fueron suspendidas Mediobanca, Fiat Industrial y Atlantia, entre otros.
Los mercados económicos han recibido así la decisión del todavía primer ministro, Silvio Berlusconi, de presentar su dimisión después de que se aprueben las reformas económicas exigidas por la UE para reducir el déficit público. El jefe del Ejecutivo italiano se niega a abandonar el cargo con la intención de poder dirigir los ajustes, y solo planea su marcha tras aplicar los recortes, decisión que no ha calmado los mercados.
La barrera en torno a los 500 puntos básicos y el 7% de rentabilidad de los bonos a 10 años es el punto de no retorno que emplearon Grecia, Irlanda y Portugal para reclamar la ayuda financiera de sus socios de la Unión Europea y de Fondo Monetario Internacional. Cuando se sobrepasa este nivel, los títulos de deuda soberana del país en cuestión corren el riesgo de perder valor como garantía en el mercado interbancario y las cámaras de compensación -una especie de aseguradora entre prestamista y prestatario- pueden reclamar avales adicionales. A partir de ahí se desata una espiral que, en el caso de Grecia, Irlanda y Portugal, condujo al rescate financiero.
Esa temida cota es la que está rozando Italia. Pero el tamaño de Italia hace muy difícil que la zona euro pueda asumir el rescate. Para hacerse una idea, basta tener en cuenta dos datos: Roma tiene una deuda total de 1,8 billones y entre noviembre y marzo el Tesoro italiano tiene que refinanciar unos 200.000 millones. Más allá de las cifras, el problema de Italia ante los mercados es la falta de fiabilidad de un Gobierno que promete reformas y recortes que luego no acaba de cumplir.
La Bolsa de Milán cuyo índice selectivo, FTSE MIB, abrió hoy en positivo, caía un 3,26 % a las 09.30 GMT, lastrada por las grandes pérdidas de la gestora de loterías del Estado, Lottomatica, que cede un 9,31 %. En los últimos días, la posibilidad de que Berlusconi dimitiese había dado confianza al parqué milanés, que lo impulsó al alza, mientras la prima de riesgo se relajaba. Hoy, sin embargo, la desconfianza volvió a apoderarse de esos indicadores financieros.
Doce de los cuarenta títulos que forman el selectivo milanés fueron suspendidos por la autoridad del mercado por un exceso de bajada, entre ellos los principales bancos, como Unicredit e Intesa SanPaolo, y los activos relacionados con la familia Berlusconi, como el grupo audiovisual Mediaset, que bajaba un 7,5 %. La mayor pérdida la registraba la gestora de Loterías del Estado, Lottomatica, que en el momento de la suspensión cedía un 9,31 %. También fueron suspendidas Mediobanca, Fiat Industrial y Atlantia, entre otros.