La mejor aparición en 20 años
Juan Jiménez | 28/07/2011
España habla por las cuatro esquinas del Málaga, un equipo que ha aparecido como una revolución y que, en cierto modo, recuerda la irrupción del Superdepor a principios de los 90. Hay clubes que, por tradición o trayectoria, se han colado un rato en el jardín de los ricos en los últimos 20 años: el Atlético del doblete, el Valencia de las dos finales de Champions y de la Liga y el doblete de Benítez. Hasta el Sevilla de los seis títulos se coció más a fuego lento, con un juego de buenas ventas (Reyes, Ramos, Baptista) y compras (Dani Alves, Palop, Luis Fabiano, Kanouté).
Pero este Málaga, por su aparición abrupta, recuerda aquel Depor que Lendoiro fabricó en un periquete con Djukic, Rekarte, Nando, Mauro Silva, Bebeto o Claudio. Este Málaga destila casi más glamour. Demichelis ha sido cacique en Argentina, a Mathijsen le hemos visto echarse las manos a la cabeza con el gol de Iniesta en toda una final del Mundial, Toulalan ha sido el termómetro de un Lyon de altos vuelos. Monreal es solidez y Cazorla y Joaquín, duende. Rondón y Baptista ponen músculo y Van Nistelrooy, el gol de siempre. Aquel Depor que apareció de sopetón compitió dos años casi hasta el final por la Liga y al tercero (93-94) la perdió por un penalti. Seguro que el Barça de Cruyff o los Madrid de Beenhakker-Antic y Floro son menos que estos colosos de hoy día, pero este Málaga que nace ahora tiene cuerpo y no parece flor de un día. Pellegrini tiene en su mano convertir esta historia en un cuento de hadas.
Pero este Málaga, por su aparición abrupta, recuerda aquel Depor que Lendoiro fabricó en un periquete con Djukic, Rekarte, Nando, Mauro Silva, Bebeto o Claudio. Este Málaga destila casi más glamour. Demichelis ha sido cacique en Argentina, a Mathijsen le hemos visto echarse las manos a la cabeza con el gol de Iniesta en toda una final del Mundial, Toulalan ha sido el termómetro de un Lyon de altos vuelos. Monreal es solidez y Cazorla y Joaquín, duende. Rondón y Baptista ponen músculo y Van Nistelrooy, el gol de siempre. Aquel Depor que apareció de sopetón compitió dos años casi hasta el final por la Liga y al tercero (93-94) la perdió por un penalti. Seguro que el Barça de Cruyff o los Madrid de Beenhakker-Antic y Floro son menos que estos colosos de hoy día, pero este Málaga que nace ahora tiene cuerpo y no parece flor de un día. Pellegrini tiene en su mano convertir esta historia en un cuento de hadas.