Parece que fue ayer, pero hoy ya hace un año desde que se firmó la venta del Málaga al jeque Abdullah ben Nasser Al-Thani. La operación la rubricaron el actual vicepresidente y hombre de confianza del jeque, Abdullah Ghubn, y la sociedad propietaria hasta entonces de la entidad, formada por Fernando Sanz y su esposa, Ingrid Asensio. Fue, sin duda, un día histórico para la entidad de Martiricos, que ya desde ese momento dio un salto de calidad en busca de un crecimiento que poco después se fue advirtiendo.
Todo comenzó de una forma más clara y evidente cuando Sanz se desplazó a Doha (también a Dubai) para entrevistarse con el jeque y sus colaboradores. Allí estuvo varios días y explicó cuál era la situación del club y sus pretensiones. Abdullah Al-Thani comunicó también sus planes de hacerse con el club y dejo claro que se proponía hacer grande el equipo y la entidad.
Primeras negociaciones
La operación la cerraron con la firma de los documentos en Marbella Abdullah Ghubn y Fernando Sanz junto a su esposa
A partir de entonces, poco más de una semana después, comenzaron las negociaciones entre las partes para acordar un precio de venta y, sobre todo, intercambiar documentación que permitiera a los que iban a ser nuevos propietarios conocer el estado exacto del club. Las conversaciones entre los asesores fueron largas y complejas, con altibajos importantes que en algún memento pudieron romper la operación. Pero al final hubo fumata blanca y el Málaga quedó vendido definitivamente.
Desde ese día, hace un año, todo ha ido cambiado en el Málaga. El club ha dejado de ser un modesto del fútbol español para comenzar un crecimiento que ya es palpable por todos. Al principio existían algunas dudas en ciertos sectores, pero la trayectoria de los nuevos propietarios ha ido ofreciendo soluciones a cualquier incógnita que ha ido apareciendo.
El año ha sido complicado en todos los aspectos. Los dueños han tenido que superar dificultades internas para llegar en la actualidad a una estabilidad institucional muy consistente. También fue muy difícil en el plano deportivo. La apuesta por Jesualdo Ferreira no funcionó y el club tuvo que hacer un cambio a los dos meses del comienzo del campeonato. Llegó Pellegrini y más futbolistas que finalmente ayudaron a que se consolidara una sufrida permanencia.
www.diariosur.com
Todo comenzó de una forma más clara y evidente cuando Sanz se desplazó a Doha (también a Dubai) para entrevistarse con el jeque y sus colaboradores. Allí estuvo varios días y explicó cuál era la situación del club y sus pretensiones. Abdullah Al-Thani comunicó también sus planes de hacerse con el club y dejo claro que se proponía hacer grande el equipo y la entidad.
Primeras negociaciones
La operación la cerraron con la firma de los documentos en Marbella Abdullah Ghubn y Fernando Sanz junto a su esposa
A partir de entonces, poco más de una semana después, comenzaron las negociaciones entre las partes para acordar un precio de venta y, sobre todo, intercambiar documentación que permitiera a los que iban a ser nuevos propietarios conocer el estado exacto del club. Las conversaciones entre los asesores fueron largas y complejas, con altibajos importantes que en algún memento pudieron romper la operación. Pero al final hubo fumata blanca y el Málaga quedó vendido definitivamente.
Desde ese día, hace un año, todo ha ido cambiado en el Málaga. El club ha dejado de ser un modesto del fútbol español para comenzar un crecimiento que ya es palpable por todos. Al principio existían algunas dudas en ciertos sectores, pero la trayectoria de los nuevos propietarios ha ido ofreciendo soluciones a cualquier incógnita que ha ido apareciendo.
El año ha sido complicado en todos los aspectos. Los dueños han tenido que superar dificultades internas para llegar en la actualidad a una estabilidad institucional muy consistente. También fue muy difícil en el plano deportivo. La apuesta por Jesualdo Ferreira no funcionó y el club tuvo que hacer un cambio a los dos meses del comienzo del campeonato. Llegó Pellegrini y más futbolistas que finalmente ayudaron a que se consolidara una sufrida permanencia.
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