Pep Guardiola, adalid del fútbol atrevido, pecó de conservadurismo por un día y el castigo que le cayó al Barça fue meteórico. Con 0-1 en el marcador, quitó a un delantero como Villa, el autor del gol, para ganar control con un centrocampista como Keita y el Arsenal, menos amenazado y lanzado al ataque, remontó con tantos de Van Persie y Arshavin en el último cuarto de hora.
El equipo azulgrana tendrá que mejorar en el Camp Nou sin quiere clasificarse para cuartos de final de la Liga de campeones, sobre todo Messi, muy individualista en el Emirates y negado en tierras inglesas, donde nunca ha marcado. Y el Barça de Guardiola sigue sin ganar a domicilio en una eliminatoria europea. Hasta ahora sólo le penalizó en una ocasión, el año pasado frente al Inter, también con un arbitraje nefasto en Milán como el del italiano Rizzoli, que con 0-1 anuló un gol de Messi que era legal y no concedió un claro penalti a Pedro.
Arsène Wenger sorprendió de inicio con la titularidad de Nasri, que llevaba tres semanas de baja por una lesión muscular, y un planteamiento táctico trampa. El Arsenal esperó en su campo, pero reduciendo el terreno de juego a apenas 20 metros, con la defensa muy adelantada y los delanteros esperando un error del Barça en el círculo central para salir con velocidad hacia Valdés.
Al equipo de Pep Guardiola le costó un cuarto de hora leer bien el partido. Las pérdidas de balón eran constantes, especialmente de los laterales Alves y Maxwell, y en el minuto 5 los 'gunners' pudieron adelantarse en el marcador. Cesc Fàbregas se inventó un pase prodigioso a Van Persie, que remató desde el área pequeña con la zurda. Valdés evitó el gol con una intervención de reflejos.
Messi perdona el segundo
El técnico azulgrana decidió entonces sacar a Villa de la banda izquierda e incrustarle como ariete entre los centrales en busca de mejorar la conexión con Messi, ya con libertad de movimientos, en esa nube de piernas producida por el achique de espacios. Y el retoque no pudo ser más positivo. En el minuto 14, Villa asistió en profundidad a Messi, que, tras tumbar al portero del Arsenal con un amago, picó con demasiado efecto el balón y se marchó fuera cuando Guardiola ya estaba celebrando el gol. El argentino volvió a perdonar en el 22, dando vida a un Arsenal con tanta calidad arriba como dudas en la zaga. En la contra posterior al error de Leo, Abidal salvó bajo palos un balón centrado por Cesc que Van Persie se disponía a empujar a la red.
El orden táctico inicial se había roto y el beneficiado fue el Barça. Messi vio en el 26 el desmarque de Villa, que rompió el fuera de juego y batió a Szczesny con un remate rápido entre sus piernas, sin florituras, con efectividad. Con el 0-1 sí apareció el mejor Barça de la mano de un Sergio Busquets impresionante. Szczesny desvió un remate de Pedro a bocajarro en el 28' tras un rondo interminable y, en pleno baile, el árbitro italiano anuló de forma injusta un gol de Messi por un fuera de juego inexistente. Con lo mal que había comenzado el partido el Barça, un gol de ventaja al descanso parecía poco premio.
Arshavin da la vuelta al marcador
El Arsenal dio un pase al frente en el segunda parte, presionando más arriba al adelantar la posición de Wilshere, jovencísimo internacional inglés, una joya como centrocampista, que fue el primero en avisar desde fuera del área. Nasri adquirió más protagonismo de falso extremo zurdo y creó un par de ocasiones. Piqué se anticipó en una de ellas a Van Persie en boca de gol y Valdés detuvo un disparo flojo, también del holandés. El Barça no mandaba como al término de la primera parte, pero creaba peligro con menos elaboración al estar el Arsenal más abierto. Sin embargo, Messi pecó de individualismo en dos jugadas seguidas y el 0-2 no subió al marcador. Rizzoli tampoco pitó un claro penalti a Pedro.
El tramo final del choque se inició en el minuto 68, con un cambio por equipo que reveló las intenciones de ambos técnicos. Guardiola dio entrada a Keita por Villa, el delantero más inspirado, para tener un centrocampista más y recuperar la posesión, mientras que Wenger quitó al pivote defensivo, Song, para ganar un delantero con Arshavin. Nasri adquirió más protagonismo de falso extremo zurdo y creó un par de ocasiones. Piqué se anticipó en una de ellas a Van Persie en boca de gol y Valdés detuvo un disparo flojo, también del holandés. El Barça no mandaba como al término de la primera parte, pero creaba peligro con menos elaboración al estar el Arsenal más abierto. Sin embargo, Messi pecó de individualismo en dos jugadas seguidas y el 0-2 no subió al marcador. Rizzoli tampoco pitó un claro penalti a Pedro.
Y con el equipo azulgrana desconcertado, con Messi extrañamente atropellado en sus apariciones y sin el control deseado, Nasri condujo una contra espectacular y le puso un balón en bandeja a Arshavin, que fusiló con calidad a Valdés en el 82. En los últimos y caóticos minutos tanto pudo llegar el 3-1, lo evitó Valdés ante Bendtner, como el 2-2, que salvó Szczesny frente al Alves. Pero el 2-1 no se movió y toca remontada en el Camp Nou.