Uno de cada seis bebés alumbrados en 2009 corresponde a progenitores que el INE cataloga como uniones inestables
La sociedad cambia a pasos de gigante y, con ella, los esquemas tradicionales de familia. El modelo clásico de matrimonio con hijos ha dado paso a un sinfín de opciones que cada vez tienen más peso en los estudios demográficos. Pasar por vicaría o el juzgado ya no es condición 'sine qua non' para que la cigüeña recale en los hogares. A tenor de los últimos datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes a 2009, los niños nacidos de padres no casados representan ya al 35,4% del total de los alumbrados en la provincia. Así, de los 17.794 nacimientos, en 6.312 los progenitores no habían entonado el 'sí quiero'. Lo más llamativo, sin embargo, se evidencia al desmenuzar dichos resultados. Desde 2008 el INE incorpora a su base una nueva variable que permite afinar aún más y determinar la situación de convivencia de las parejas que deciden traer un retoño al mundo. Y es en este nivel de detalle cuando llega la sorpresa: según se desprende del INE, uno de cada seis nacidos en Málaga procede de uniones calificadas en la estadística como 'inestables'. Esto es, que ni se han intercambiado alianzas ni viven siquiera bajo el mismo techo. En total, 2.785 bebés a lo largo del pasado 2009: el 15,6% .
A la cabeza de Andalucía
Dicho porcentaje sitúa a Málaga tanto a la cabeza andaluza (por encima incluso de Sevilla, donde los hijos de parejas sin estabilidad ascienden a 2.330), como en el podio español. El registro de la provincia -2.785- solo es superado por razones obvias de población por Madrid (con 5.345 nacidos de estas características) y por Barcelona, con 3.906.
Es cierto que el paraguas del matrimonio sigue siendo el favorito a la hora de procrear (en 2009 eligieron esta fórmula 11.447 parejas, el 64,3%). Sin embargo, como recuerdan los expertos, también lo es que la opción que hasta hace no mucho era la única que contaba con el beneplácito del imaginario colectivo empieza a contar con una competencia cada vez más fuerte, fruto del cambio social en el que estamos inmersos y que, como advierte la profesora del Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Málaga, Carmen Carvajal, solo ha dado sus primeros pasos. «En España vamos muy atrasados respecto a Europa, donde el porcentaje de hijos nacidos de parejas no casadas es muy superior. En los países nórdicos, por ejemplo, superan al 50% del total», destaca esta experta. En el caso de Málaga, en 1975 estos nacimientos apenas representaban el 2%. Treinta años después, en 2009, ya suponían sin embargo casi el 36%, lo que equivale a multiplicar por 18 el ratio contabilizado al término de la dictadura franquista.
Dentro del mapa de la provincia, Fuengirola destaca como el municipio de más de 50.000 habitantes donde, en términos relativos, se engendran más hijos en parejas sin la estabilidad que da la convivencia. Así, de los 707 nacidos en este municipio de la Costa del Sol en 2009, 164 (el 23,1%) se enmarcaban en este perfil. En el extremo opuesto se encuentra Mijas, con solo el 12,8% de los alumbramientos - 122 de los 950- fruto de estas uniones.
Por edades, la estadística del INE evidencia que las franjas más jóvenes son las que concentran un mayor número de hijos nacidos en el seno de estos hogares desestructurados. De este modo, el 57% de las madres que se decantan por esta fórmula ni siquiera han cumplido los treinta. La horquilla más significativa es la que va de los 20 a los 29 años, con 1.368 retoños engendrados de parejas que viven separados.
Madres jóvenes
A la vista de estos datos, Luis Ayuso -sociólogo de la Universidad de Málaga especializado en el ámbito familiar- se plantea hasta qué punto estos bebés son deseados. «Hoy día, tener un hijo es casi un lujo, puesto que pocos pueden permitírselo por motivos laborales o económicos, por lo que si se tienen en esas condiciones y siendo tan jóvenes habría que reflexionar sobre hasta qué punto está fallando la política anticonceptiva entre este colectivo», dice.
La psicóloga y profesora de la UMA, María José Zoilo, pone sobre la mesa otro posible factor: el económico. «Hay un cambio social evidente, pero se hace más patente si cabe por la crisis. Al no tener estabilidad económica, muchas parejas optan por vivir con sus padres pese a tener un hijo, por comodidad y por ahorro».
La sociedad cambia a pasos de gigante y, con ella, los esquemas tradicionales de familia. El modelo clásico de matrimonio con hijos ha dado paso a un sinfín de opciones que cada vez tienen más peso en los estudios demográficos. Pasar por vicaría o el juzgado ya no es condición 'sine qua non' para que la cigüeña recale en los hogares. A tenor de los últimos datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes a 2009, los niños nacidos de padres no casados representan ya al 35,4% del total de los alumbrados en la provincia. Así, de los 17.794 nacimientos, en 6.312 los progenitores no habían entonado el 'sí quiero'. Lo más llamativo, sin embargo, se evidencia al desmenuzar dichos resultados. Desde 2008 el INE incorpora a su base una nueva variable que permite afinar aún más y determinar la situación de convivencia de las parejas que deciden traer un retoño al mundo. Y es en este nivel de detalle cuando llega la sorpresa: según se desprende del INE, uno de cada seis nacidos en Málaga procede de uniones calificadas en la estadística como 'inestables'. Esto es, que ni se han intercambiado alianzas ni viven siquiera bajo el mismo techo. En total, 2.785 bebés a lo largo del pasado 2009: el 15,6% .
A la cabeza de Andalucía
Dicho porcentaje sitúa a Málaga tanto a la cabeza andaluza (por encima incluso de Sevilla, donde los hijos de parejas sin estabilidad ascienden a 2.330), como en el podio español. El registro de la provincia -2.785- solo es superado por razones obvias de población por Madrid (con 5.345 nacidos de estas características) y por Barcelona, con 3.906.
Es cierto que el paraguas del matrimonio sigue siendo el favorito a la hora de procrear (en 2009 eligieron esta fórmula 11.447 parejas, el 64,3%). Sin embargo, como recuerdan los expertos, también lo es que la opción que hasta hace no mucho era la única que contaba con el beneplácito del imaginario colectivo empieza a contar con una competencia cada vez más fuerte, fruto del cambio social en el que estamos inmersos y que, como advierte la profesora del Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Málaga, Carmen Carvajal, solo ha dado sus primeros pasos. «En España vamos muy atrasados respecto a Europa, donde el porcentaje de hijos nacidos de parejas no casadas es muy superior. En los países nórdicos, por ejemplo, superan al 50% del total», destaca esta experta. En el caso de Málaga, en 1975 estos nacimientos apenas representaban el 2%. Treinta años después, en 2009, ya suponían sin embargo casi el 36%, lo que equivale a multiplicar por 18 el ratio contabilizado al término de la dictadura franquista.
Dentro del mapa de la provincia, Fuengirola destaca como el municipio de más de 50.000 habitantes donde, en términos relativos, se engendran más hijos en parejas sin la estabilidad que da la convivencia. Así, de los 707 nacidos en este municipio de la Costa del Sol en 2009, 164 (el 23,1%) se enmarcaban en este perfil. En el extremo opuesto se encuentra Mijas, con solo el 12,8% de los alumbramientos - 122 de los 950- fruto de estas uniones.
Por edades, la estadística del INE evidencia que las franjas más jóvenes son las que concentran un mayor número de hijos nacidos en el seno de estos hogares desestructurados. De este modo, el 57% de las madres que se decantan por esta fórmula ni siquiera han cumplido los treinta. La horquilla más significativa es la que va de los 20 a los 29 años, con 1.368 retoños engendrados de parejas que viven separados.
Madres jóvenes
A la vista de estos datos, Luis Ayuso -sociólogo de la Universidad de Málaga especializado en el ámbito familiar- se plantea hasta qué punto estos bebés son deseados. «Hoy día, tener un hijo es casi un lujo, puesto que pocos pueden permitírselo por motivos laborales o económicos, por lo que si se tienen en esas condiciones y siendo tan jóvenes habría que reflexionar sobre hasta qué punto está fallando la política anticonceptiva entre este colectivo», dice.
La psicóloga y profesora de la UMA, María José Zoilo, pone sobre la mesa otro posible factor: el económico. «Hay un cambio social evidente, pero se hace más patente si cabe por la crisis. Al no tener estabilidad económica, muchas parejas optan por vivir con sus padres pese a tener un hijo, por comodidad y por ahorro».