La denuncia de una pareja motivó que se instalara una cámara oculta que grabó en 19 días 11 supuestas extorsiones de los agentes de la sección fiscal a pasajeros no comunitarios
Diecisiete agentes de la Guardia Civil destinados en la sección fiscal del aeropuerto se sentarán en el banquillo acusados de cohecho porque presumiblemente exigían dinero a los viajeros a cambio de hacer la vista gorda para permitirles introducir productos alimenticios no autorizados o artículos sujetos al pago de tasas. Los primeros datos sobre la red de extorsión llegaron a la Guardia Civil en el año 2005. Incluso tuvieron noticias de que en la comunidad china se recomendaba viajar a Málaga con 50 euros en la mano para evitar problemas a la llegada al aeropuerto.
No obstante, la investigación arrancó el 18 de noviembre de ese año, cuando una pareja noruega denunció que dos agentes le habían reclamado 50 euros para no requisarle los productos alimenticios que traían a su hija porque supuestamente la importación de perecederos estaba prohibida, circunstancia que en ese caso ni siquiera era cierta. El 23 de diciembre de 2005 el Juzgado de Instrucción número 6 de Málaga autorizó que se desviara la señal de una cámara de seguridad ubicada sobre la cinta 28 de la Terminal 2 y que se instalara otro equipo de grabación en la oficina de la aduana, donde se sospechaba que se pedían y entregaban las dádivas. A lo largo de 19 días se recogieron 11 supuestos casos de extorsión.
El 20 de enero de 2006 aparecieron las primeras imágenes sospechosas: un agente revisaba el equipaje a cinco ciudadanos chinos a los que supuestamente exigió dinero por no tirarles los alimentos que traían, mientras su compañero, por connivencia o sin ella, permitía que ocurriera la presunta extorsión. Cuatro días después volvió a suceder lo mismo con un pasajero asiático que entregó un millón de libras turcas a cambio de que le permitieran entrar en el país con diversos artículos de plata y cuero, así como con otro viajero indio que a cambio de "una indeterminada cantidad de euros" pudo pasar ropa que se cree que era de marcas falsificadas. Al día siguiente dos viajeros magrebíes supuestamente se vieron en la tesitura de tener que entregar diferentes cantidades de dinero para que les permitieran pasar el equipaje que llevaban consigo.
El 27 de enero de 2006 tres agentes, uno de ellos ya fallecido, descubrieron a un pasajero procedente de Bélgica que portaba 15.000 euros. Según el fiscal, el viajero fue conminado a acompañar a los guardias a la oficina anexa con el "pretexto de que necesitaba unos documentos de Aduanas para acreditar la legal procedencia del dinero" y allí le sugirieron que podían "arreglar el problema por tratarse de una buena persona". El hombre entregó un billete de 50 euros a cada uno de ellos, así como otro más para otro compañero que supuestamente esperaba fuera. Un panorama muy similar se produjo el 30 de enero de 2006, cuando, según el escrito de acusación de la Fiscalía, un ciudadano japonés entregó 50 euros para que le dejaran pasar con un ordenador. Esa misma noche reclamaron 10 euros a otro viajero procedente que Israel al que llamaron la atención por llevar comida.
Ya el 1 de febrero un ciudadano pakistaní fue "acosado durante casi diez minutos", según consta en la acusación, para que entregara dinero por permitirle pasar con unos dulces que portaba desde su país, aunque en esa ocasión no lograron ninguna dádiva al explicarles el viajero que "llevaba el dinero justo para desplazarse a su destino y que si lo estimaban oportuno se quedasen con el bolso de viaje y su contenido". El fiscal expresa que no existía ninguna prohibición en ese caso dado el tipo y cantidad de productos que llevaba el pasajero. Los últimos dos hechos grabados por las cámaras y que, según la Fiscalía también son constitutivos de delito de cohecho, tuvieron lugar los días 7 y 8 de febrero cuando un pasajero entregó a los agentes "un fajo de billetes a cambio de dejarle pasar el equipaje". Al día siguiente un ciudadano chino se vio compelido a entregar dos billetes de 50 euros, varios de 20 y de 10 para que le dejaran introducir productos cárnicos que no podían ser libremente importados. Este es el único viajero que ha sido imputado en la causa por cohecho.
La Fiscalía de Málaga exige para los agentes de la sección fiscal del aeropuerto entre tres y tres años y nueve meses de suspensión para empleo o cargo público, según le atribuya un delito continuado o no, además de multas equivalentes al importe de las presuntas dádivas. Para el acusado de origen chino reclama una multa de 150 euros.
http://www.malagahoy.es/article/malaga/881334/juzgan/guardias/civiles/por/exigir/dinero/pasajeros/aeropuerto.html
Diecisiete agentes de la Guardia Civil destinados en la sección fiscal del aeropuerto se sentarán en el banquillo acusados de cohecho porque presumiblemente exigían dinero a los viajeros a cambio de hacer la vista gorda para permitirles introducir productos alimenticios no autorizados o artículos sujetos al pago de tasas. Los primeros datos sobre la red de extorsión llegaron a la Guardia Civil en el año 2005. Incluso tuvieron noticias de que en la comunidad china se recomendaba viajar a Málaga con 50 euros en la mano para evitar problemas a la llegada al aeropuerto.
No obstante, la investigación arrancó el 18 de noviembre de ese año, cuando una pareja noruega denunció que dos agentes le habían reclamado 50 euros para no requisarle los productos alimenticios que traían a su hija porque supuestamente la importación de perecederos estaba prohibida, circunstancia que en ese caso ni siquiera era cierta. El 23 de diciembre de 2005 el Juzgado de Instrucción número 6 de Málaga autorizó que se desviara la señal de una cámara de seguridad ubicada sobre la cinta 28 de la Terminal 2 y que se instalara otro equipo de grabación en la oficina de la aduana, donde se sospechaba que se pedían y entregaban las dádivas. A lo largo de 19 días se recogieron 11 supuestos casos de extorsión.
El 20 de enero de 2006 aparecieron las primeras imágenes sospechosas: un agente revisaba el equipaje a cinco ciudadanos chinos a los que supuestamente exigió dinero por no tirarles los alimentos que traían, mientras su compañero, por connivencia o sin ella, permitía que ocurriera la presunta extorsión. Cuatro días después volvió a suceder lo mismo con un pasajero asiático que entregó un millón de libras turcas a cambio de que le permitieran entrar en el país con diversos artículos de plata y cuero, así como con otro viajero indio que a cambio de "una indeterminada cantidad de euros" pudo pasar ropa que se cree que era de marcas falsificadas. Al día siguiente dos viajeros magrebíes supuestamente se vieron en la tesitura de tener que entregar diferentes cantidades de dinero para que les permitieran pasar el equipaje que llevaban consigo.
El 27 de enero de 2006 tres agentes, uno de ellos ya fallecido, descubrieron a un pasajero procedente de Bélgica que portaba 15.000 euros. Según el fiscal, el viajero fue conminado a acompañar a los guardias a la oficina anexa con el "pretexto de que necesitaba unos documentos de Aduanas para acreditar la legal procedencia del dinero" y allí le sugirieron que podían "arreglar el problema por tratarse de una buena persona". El hombre entregó un billete de 50 euros a cada uno de ellos, así como otro más para otro compañero que supuestamente esperaba fuera. Un panorama muy similar se produjo el 30 de enero de 2006, cuando, según el escrito de acusación de la Fiscalía, un ciudadano japonés entregó 50 euros para que le dejaran pasar con un ordenador. Esa misma noche reclamaron 10 euros a otro viajero procedente que Israel al que llamaron la atención por llevar comida.
Ya el 1 de febrero un ciudadano pakistaní fue "acosado durante casi diez minutos", según consta en la acusación, para que entregara dinero por permitirle pasar con unos dulces que portaba desde su país, aunque en esa ocasión no lograron ninguna dádiva al explicarles el viajero que "llevaba el dinero justo para desplazarse a su destino y que si lo estimaban oportuno se quedasen con el bolso de viaje y su contenido". El fiscal expresa que no existía ninguna prohibición en ese caso dado el tipo y cantidad de productos que llevaba el pasajero. Los últimos dos hechos grabados por las cámaras y que, según la Fiscalía también son constitutivos de delito de cohecho, tuvieron lugar los días 7 y 8 de febrero cuando un pasajero entregó a los agentes "un fajo de billetes a cambio de dejarle pasar el equipaje". Al día siguiente un ciudadano chino se vio compelido a entregar dos billetes de 50 euros, varios de 20 y de 10 para que le dejaran introducir productos cárnicos que no podían ser libremente importados. Este es el único viajero que ha sido imputado en la causa por cohecho.
La Fiscalía de Málaga exige para los agentes de la sección fiscal del aeropuerto entre tres y tres años y nueve meses de suspensión para empleo o cargo público, según le atribuya un delito continuado o no, además de multas equivalentes al importe de las presuntas dádivas. Para el acusado de origen chino reclama una multa de 150 euros.
http://www.malagahoy.es/article/malaga/881334/juzgan/guardias/civiles/por/exigir/dinero/pasajeros/aeropuerto.html