MÁLAGA C.F.
El 'reloj', casi en hora
Mathijsen, paradigma de colocación y saber estar, comienza a despejar dudas tras dos brillantes partidos
28 de septiembre de 2011
SERGIO CORTÉS | MÁLAGA..-
Joris Mathijsen (Goirle, Países Bajos, 5-4-1980) no tiene un físico destacable para ser central. No es excesivamente alto (1,81), no es excesivamente fuerte (81 kilos) y no es excesivamente imponente. Es más, tiene un aire de futbolista desgarbado que a veces parece a punto de desarmarse. Pero es un prodigio de colocación y saber estar. Rara vez pierde el sitio o la compostura, y lo ha certificado en los dos últimos partidos. El 'reloj' ya está casi en hora.
Hace tres temporadas Antonio Tapia bautizó a otro central, Cuadrado, como 'el reloj'. «Tácticamente todo lo hace bien», recalcaba el técnico. Sin embargo, sus limitaciones técnicas jugaban en contra. A la temporada siguiente un error al sacar el balón jugado al filo del descanso contra el Almería -que supuso el 0-2- acabó con su trayectoria como blanquiazul.
Este verano, cuando el Málaga cerró el fichaje de Mathijsen, un conocedor del mercado fue concluyente al valorar al central holandés. «Es un reloj suizo». La trayectoria del holandés, con casi 80 partidos internacionales a sus espaldas, es el mejor exponente de su regularidad. Debutó en el Willem II en la temporada 1998-99 y después de dos años de aprendizaje comenzó a ser indiscutible. En sus tres últimas campañas solo faltó en cuatro encuentros de Liga. Después, en el AZ Alkmaar -con el que llegó a ser subcampeón de Liga en 2006-, más de lo mismo.
Fue precisamente en verano de 2006 cuando el Hamburgo comenzó a tantearlo. Llegó a disputar la primera jornada con el AZ en la Eredivisie y después recaló en el conjunto germano. Y allí, durante sus cuatro primeras temporadas (2006-2007 a 2009-2010), únicamente faltó en seis partidos de los 135 posibles. En la pasada campaña se quedó en diecinueve por culpa de dos lesiones.
El Málaga buscaba para la defensa un central solvente, experimentado y que brillara por su colocación y saber estar, así que cuando surgió la opción del holandés se produjo el necesario consenso entre todos los encargados de la planificación.
Talante germánico
Mathijsen es holandés, pero sus cinco años en Alemania le han permitido convertirse en un central con talante germánico. Posee un extraordinario control de sus acciones y sabe casi siempre cuál es la elección que debe tomar: fijar a su par en la banda, salir entre líneas, anticiparse, bascular... De ahí que en una selección como la de su país, en la que los centrales siempre han destacado más por la capacidad para sacar el balón jugado que por ser óptimos marcadores él sea indiscutible. Eso sí, Mathijsen arrojó muchas dudas desde el principio. En la pretemporada, y no solo en los encuentros, acusaba cierta lentitud. Luego, en el estreno en Sevilla, se vio desbordado e influyeron decisivamente el calor y la humedad, factores a los que no está acostumbrado.
Aunque ya contra el Granada y el Mallorca dio un paso adelante, ha sido en los últimos encuentros, saldados con muy buena nota, cuando Mathijsen ha comenzado a demostrar que es un roca. Por arriba o por abajo, pierde el sitio muy pocas veces y sabe 'leer' a la perfección cada situación del partido. El 'reloj' ya está casi en hora.