EMILIO FERNÁNDEZ Tiene la Euroliga un no sé qué que la hace especial. Jugar al máximo nivel contra los mejores equipos del continente es algo a la altura sólo de unos pocos elegidos. Al Valencia Básket le gustaría estar aquí; al Cajasol, también. Incluso al Bolonia –ese equipo empeñado en vestir con su equipación a Kobe Bryant– o al Roma, un habitual los últimos años de esta competición, pero ahora apartado de la elite.

El Unicaja sí es uno de los 24 clubes privilegiados que a partir de hoy pasearán palmito por las mejores canchas de Europa. Cuando algo se hace habitual corre el peligro de que se deje de valorar. Pero en este caso no debería ser así. El club de Los Guindos acumula once temporadas consecutivas jugando esta NBA europea y para el club, la entidad financiera, sus dirigentes, su cuerpo técnico, sus jugadores y sus aficionados debe ser un honor poder presumir de semejante logro, sobre todo si tenemos en cuenta que para seguir en este estatus habrá que renovar el billete al final de esta misma campaña.

El caprichoso calendario ha querido que el arranque de la Euroliga 2011/2012 sea para los verdes nada más y nada menos que en la cancha del campeón. Un Panathinaikos-Unicaja para abrir boca, todo un clásico continental, desde las 20.45 de esta misma noche, con las cámaras de Canal Sur 2 en directo... si la huelga general que vive Grecia desde ayer no lo impide.

Será, desde luego, un arranque muy exigente. El Pao defiende corona europea. La competición tiene varios aspirantes a campeón en la Final a Cuatro de Estambul. El Barça, los turcos, el CSKA, el Milán de Scariolo, el Montepaschi... Hay mucha calidad, pero nadie puede negar que los de Obradovic también están en todas las quinielas.

Si el rival de esta noche es de postín, el escenario del partido es casi inmejorable. El pabellón OAKA del barrio de Maroussi siempre estará ligado a la historia del Unicaja. Allí, ante cerca de mil malagueños, el equipo cajista jugó la que hasta ahora es su única Final Four. Fue una experiencia inolvidable y cada vez que el Unicaja regresa allí es imposible olvidar aquel fin de semana del mes de mayo de 2007.

El Unicaja aterriza en Atenas como actual líder de la Liga ACB. Un caché tan inesperado como merecido. Los de Chus Mateo han ganado sus tres partidos ligueros. No es que hayan asustado con su juego, pero les ha bastado con lo que han puesto sobre el parqué para sumar tres de tres.

El Panathinaikos, sin embargo, afronta el debú internacional corto de preparación. La Liga griega no ha empezado por disputas entre los clubes por los derechos televisivos y el equipo de Obradovic sólo ha jugado un partido de Copa. O sea, que prácticamente pasará de la pretemporada a medirse al Unicaja, algo que podría favorecer a los de Mateo, en perfecto tono físico.

Eso sí, nadie puede llevarse a engaño. El rival es favorito esta noche. Independientemente de que tenga pocos partidos en sus piernas o que afronte el choque con un par de lesionados. Perperoglou y Tsartsaris no estarán sobre el parqué. Lo que pasa es que sí estarán Diamantidis, los hermanos Calathes, Batiste, Maric, Vougioukas, Sato, Logan... vamos, un equipazo en toda regla.

Chus Mateo tendrá la baja significativa de Gerald Fitch, que no pudo viajar a Atenas el martes por tener un problema con su pasaporte. Tampoco jugará Tripkovic, al que el club decidió ayer por la tarde no dar de alta en la Euroliga a la espera de poder traspasarlo en los próximos días a algún otro club de Europa. El resto de la plantilla está en condiciones para la «batalla».

La cita es a las 20.45 horas. En juego están los primeros 40 minutos europeos de la temporada. Las cartas están echadas. Hay mucho que ganar y poco que perder. Lo normal sería una derrota, pero cuidadín con los de Mateo, que están en racha.

JUAN CALDERÓN jcalderon@diariosur.es | MÁLAGA..-

El Unicaja comienza hoy su andadura en la Euroliga por undécima temporada consecutiva. Lo hace en Atenas, frente al vigente campeón en un choque cargado de emotividad y grandes recuerdos. Los duelos entre el cuadro malagueño y el Panathinaikos se han convertido en algo fijo cada temporada. Y es que desde 2002, salvo en 2008 y 2010, siempre se han encontrado. Y en esos siete partidos en suelo griego solo logró una victoria, en 2006 en un partido monumental del que solo sobreviven en la plantilla Garbajosa y Berni. El recuerdo de aquel duelo (93-95) y la línea positiva actual son quizá la mejor combinación para tratar de asaltar el fortín del campeón. Eso, y que la plantilla se ha conjurado para dedicarle el triunfo al delegado del equipo, Miguel Ángel García 'Migue', cuyo padre fue enterrado ayer.

Todas estas circunstancias y el siempre motivador estreno en la Euroliga juegan a favor de un Unicaja que no podrá contar con Gerald Fitch, que no pudo solventar los problemas con su pasaporte y es baja para el partido de esta noche. El Unicaja optó por no inscribir a Tripkovic, por lo que el equipo se presenta frente al Panathinakos con diez jugadores. El serbio se quedará en la grada, pues, de jugar, ya no podría participar en la Euroliga con otro equipo, al menos hasta el 'Top-16'.

Solo ocho jugadores

Curiosamente, aquel triunfo de 2006 también estuvo precedido por muchos problemas y el Unicaja venció en el OAKA con solo ocho jugadores: Garbajosa, Berni, Marcus Brown, Risacher, Lázaro, Santiago, Pepe Sánchez y Pietrus. Salvando las distancias de calidad de las plantillas, el Unicaja actual está en disposición de sorprender a un equipo cuyo rendimiento es toda una incógnita. A pesar de que los propietarios del club, los hermanos Giannokopoulos, han reducido de forma considerable la apuesta económica en el club, ha conseguido mantener su columna vertebral con Diamantidis, Sato, Batiste, Tsartsaris y Maric. En cualquier caso, las bajas de dos hombres como el ala-pívot Fotsis y el infalible tirador Nicholas se pueden dejar sentir. Obradovic recurrió a Pat Calathes, ala-pívot hermano del base del equipo, y al anotador Steven Smith como reemplazos.

En el conjunto griego hay dos novedades importantes para el partido. La primera es la duda de Tsartsaris, convaleciente de una varicela en los últimos diez días, y cuyo concurso será duda hasta última hora. La segunda es la baja confirmada del alero Perperoglou por un problema en un tobillo. Además, Kaimakoglou, Diamantidis, Vougioukas, Batiste y Nick Calathes arrastran problemas.

Se da la circunstancia de que el Panathinaikos solo ha jugado esta temporada un partido, hace ya dos semanas, aunque fue casi un entrenamiento, frente al Maroussi en la Copa, con solo tres profesionales en el equipo rival

Freeland tenía apuntada la fecha de hoy desde hacía tiempo en su particular calendario. El pívot inglés sigue subiendo peldaños en su formidable evolución en las últimas temporadas y sabe que es en la Euroliga donde va a encontrar los rivales de más potencial. Por eso, quiere demostrar desde hoy que es uno de los mejores jugadores del torneo por muchos que lleguen desde la NBA

La carta de presentación de Freeland en el torneo continental es inmejorable. Aunque el papel del Unicaja en la edición del año pasado no fue precisamente brillante, con solo una victoria en el 'Top 16', el inglés fue el quinto jugador más valorado del torneo con 17,67 puntos de media, solo superado por algunos ilustres veteranos de la Euroliga como San Emeterio, Huertas, Navarro o Nesterovic. Freeland era el más joven de todos. Sus 14,5 puntos y casi seis rebotes fueron la explicación, números que incluso llegaron a ser mejores en la primera fase. Y todo, después de anotar más de diez puntos en los últimos 13 partidos que ha jugado con el Unicaja en Europa.

«La Euroliga es una competición que me gusta. He comenzado bien la temporada y voy a tratar de darle continuidad a mi juego también en Europa. Me siento muy cómodo y bien arropado por el equipo, al que veo muy unido», explicó el pívot. Freeland tiene muchas esperanzas depositadas en esta temporada, que para él comenzó con el pasado Europeo de Lituania, en el que no estuvo precisamente brillante. Ahora, en la Euroliga, afronta un nuevo desafío, demostrar que también es competitivo pese al desembarco de grandes jugadores procedentes de la NBA. «Está claro que tengo que elevar mi nivel. Estoy tratando de hacer cosas diferentes, porque también va a beneficiarse mi juego. Estamos en un grupo complicado, en el que los equipos se han reforzado bien con algunos jugadores de la NBA. Es algo que veo como una prueba más y quiero comprobar cómo respondo», apuntó.

Pero no lo tendrá fácil. Sus buenos números en los dos partidos de la ACB que ha jugado y su trayectoria reciente en el Unicaja lo convierten en el objetivo de la defensa rival. «Está claro que la situación ha cambiado respecto a cuando llegué a Málaga. Ahora me siento mucho más vigilado en los partidos y veo que me hacen defensas especiales con dos contra uno y cosas de esas, pero eso también favorece al equipo, porque genera espacios para los compañeros», advierte el jugador.

Y la primera gran prueba llega esta noche. A primera vista, Freeland ve al Panathinaikos más debilitado que la pasada temporada. «Han perdido a Fotsis, que para mi es un gran jugador, porque al tiempo que atacaba estaba pensando en otras situaciones que se podían generar, no solo en anotar. Es un gran jugador y difícil de sustituir. Tiene experiencia y es capaz de anotar en muchas posiciones, lo van a echar en falta. Tampoco tienen a Nicholas, así que creo que tenemos grandes opciones», argumenta el pívot.

Freeland es el fiel reflejo del buen arranque de temporada que ha protagonizado el Unicaja. El pívot, de 24 años, ve al equipo muy mejorado respecto a temporadas anteriores, tanto que se atreve a soñar con la posibilidad de hacer algo importante esta temporada. «Siempre lo he dicho. Quiero ganar algo con el Unicaja y creo que ahora podemos hacerlo. Veo un buen equipo, con jugadores de gran nivel. Quizá estemos ante nuestro año», afirma.

Anoche se vió el verdadero potencial de Unicaja

EMILIO FERNÁNDEZ. MÁLAGA. Dice la sabiduría popular que lo que no puede ser, no puede ser... y además es imposible. La diferencia baloncestística entre el Panathinaikos y el Unicaja a día de hoy convirtió el estreno cajista en la Euroliga de anoche en eso: en un imposible desde el minuto 1 al 40.

Ni el flamante liderato liguero en la Liga Endesa, ni el buen momento de juego y resultados del Unicaja, ni la inercia positiva, ni el mayor rodaje que el rival fueron aval suficiente anoche en la guarida del Panathinaikos para un estreno a lo grande en la Euroliga 2011/2012.

El campeón de Europa es mucho campeón y los 40 minutos del partido de ayer pusieron a cada uno en su sitio. Ellos son aspirantes a la Final Four de Estambul y los cajistas deberán sudar sangre para estar en el Top 16. La realidad deportiva de unos y otros es la que es. Y no hay muchas más vueltas que darle.

La derrota no admite excusas. Ni siquiera se puede considerar decisiva la ausencia de Gerald Fitch, aunque vistos los porcentajes de acierto de los verdes en el tiro exterior más de uno lo echamos de menos ayer. Y es que sin estar a un gran nivel en lo que va de temporada, el «sin papeles» (ya ha arreglado lo de su pasaporte) seguro que habría sido de gran ayuda ante los helenos. Aporta mucho ofensivamente y colabora en el rebote, dos cuestiones claves en la derrota de ayer. Quizás con él sobre la pista, el 0-1 de hoy en la clasificación europea no variaría, pero el equipo seguro que habría sido algo más competitivo.


Que se impusiera la ley del más fuerte entraba en todos los planes previos. Es más, lo normal es que no gane nadie en Atenas en esta Fase Regular. Si acaso el CSKA, el otro «grande» del grupo. Pero en una liguilla «exprés» como ésta, con sólo diez jornadas, esta primera derrota obliga ya a no fallar. Los de Mateo tendrán que sumar cuatro o cinco victorias como mínimo y la del Zalgiris del martes que viene, por ejemplo, ya se antoja casi decisiva.

El equipo compitió en la primera parte. Tuvo un par de sustos, pero aguantó el tirón. A pesar de sus malos porcentajes de acierto llegó al intermedio con opciones (52-49). Pero tras el descanso, el campeón de Europa ejerció de lo que es y ya no hubo tutía. Obradovic utilizó a Dimantidis como antídoto cada vez que el Unicaja se acercaba a menos de diez. Y era poner a Dimitris en la pista y acabar con cualquier sueño de remontada. Así fue, una, dos y hasta tres veces.

Dentro de la derrota hay un par de signos que invitan a pensar en positivo. Peric fue la cara amable. El croata fue clave en el segundo cuarto. Jugó de «3», puesto para el que se le fichó hace un par de veranos. Vio aro con facilidad y fue factor desequilibrante para la defensa local. Sus 13 puntos y 21 de valoración lo dicen todo. También estuvo bien Sinanovic. El equipo debe buscar más al gigante bosnio porque es muy difícil de defender a dos-tres metros del aro. Nedzad sigue mejorando y demostrando que tiene un sitio en el equipo y como actor principal.

Del partido hay poco que decir. El Panathinaikos, con un juego dentro-fuera bastante rudimentario, amenazó con un 21-10 en el primer cuarto y con un 36-26 en el segundo. El Unicaja no se vino abajo. Tuvo paciencia para esperar a que el rival bajara sus porcentajes de acierto y también para mejorar los suyos propios. El ilusionante 52-49 del intermedio fue la mejor noticia posible. Pero después, «na de na». El Pao jugó lo que quiso. Apretó cuando se vio con algunos problemas y se dejó ir cada vez que rondó los 20 a favor.

La primera batalla europea salió cruz, pero la guerra no ha hecho nada más que empezar. El martes visita el Carpena el Zalgiris. Será un día clave a pesar de ser sólo la segunda jornada.